Nota publicada online
La exposición de Leandro Erlich en Torre Macro, “La estrategia de la ilusión" y ofrece una muestra gratuita con maquetas de sus obras más conocidas, como la piscina, la nube y el ascensor.
Curada por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes, la muestra reúne piezas icónicas del artista que invitan a repensar nuestra relación con los espacios, los objetos y la mirada cotidiana. A través de estos escenarios en apariencia imposibles, Erlich nos propone una experiencia lúdica y reflexiva que combina arte, arquitectura y juego visual.
Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973) es un observador y un ilusionista que nos hace participar de su obra para vivir una experiencia lúdica. En la mayoría de sus trabajos involucra espacios habitables, objetos de uso diario, y situaciones cotidianas: un ascensor, una piscina, la fachada de un edificio. Se trata de instalaciones sorprendentes; el artista convierte espacios comunes en sitios de perplejidad y magia: el ascensor no nos lleva a ninguna parte, podemos caminar dentro de la piscina llena de agua o flotar colgados de un balcón del edificio.
Para Duprat, “las obras de Leandro Erlich hacen trastabillar nuestro concepto de realidad. Reconocemos al instante un ascensor, una escalera, una ventana e, inevitablemente, las asociamos a su función habitual. Pero hay en ellas algo inquietante: una perturbación sutil nos descoloca porque no estamos acostumbrados a que la percepción visual nos traicione”.
"Me interesa generar proyectos en los que el arte escape a las fronteras de los centros convencionales de exhibición y se imbrique en el orden de lo cotidiano”, explica, por su parte, Erlich. “Me interesa el arte como una herramienta de integración, de acción, de vinculación. La relación de las ciudades con los monumentos y con lo que significa visitarlos, porque no solo lo hacen los turistas; tiene que ver con la apropiación, con el orgullo, con la pertenencia."
Una de las primeras claves para aproximarnos a la obra de Leandro Erlich es, sin duda, interés por la arquitectura. Su obra siempre tiene el mismo punto de partida: la observación inmediata y, generalmente, involucra espacios habitables, objetos de uso diario, situaciones cotidianas: un ascensor, una piscina, o como en estas maquetas que presenta en Torre Macro, una obra del arquitecto argentino César Pelli.
Erlich es un maestro es en la manipulación de las formas: juega con las percepciones, desorienta, cuestiona la realidad, lo aparentemente estable, normal o evidente y, mas tarde, nos obligan a reflexionar sobre el modo en que miramos, analizamos e interpretamos la realidad y el mundo.
Se puede visitar de lunes a viernes de 10 a 18 h hasta el 5 de diciembre en Torre Macro, Avenida Eduardo Madero 1172, CABA.