Nota publicada online

jueves 7 de noviembre, 2019
Julieta Hanono
Creadora de una nueva lengua en la Cárcova
Oybin, Marina
por Marina Oybin
Julieta Hanono

La obra de la artista nacida en Buenos Aires y que vive en Rosario, entrelaza palabras e imágenes que conecta vivencias junto a la comunidad qom, con la obra de poetisas latinoamericanas. Con curaduría de Andrea Giunta.

Al entrar en el Museo de Calcos y Escultura comparada Ernesto de la Cárcova, uno se topa con la imponente copia del David de Miguel Ángel intervenida con tiras con los colores que identifican la lucha feminista. A unos pasos del coloso, las cintas trazan una cosmología  que une los nombres de Alejandra Pizarnik, Gabriela Mistral, Juana de Ibarbourou, Sor Juana Inés de la Cruz, Idea Vilariño, Henriqueta Lisboa, María Negroni, María Virginia Estenssoro, Olga Orozco, Clarice Lispector, Grace Nichols, entre muchas otras poetas. Fueron elegidas por ser traductoras e intérpretes de las vivencias de otras mujeres. Ahora habitan entre calcos de obras emblemáticas del arte antiguo egipcio, hindú, griego, romano, Románico, Gótico y Renacentista que, para la artista Julieta Hanono, encarnan la mirada masculina. Estamos en la magnífica exhibición Traducir la impenetrable, donde Hanono resignifica sus propias vivencias junto con su trabajo con la comunidad quom.

1030 animales en vías de extinción que corren despavoridos

“Los lazos en colores que las unen inventan un tejido haciendo aparecer esta relación secreta e invisible, la historia se rescribe, la personal, la de cada voz de la poesía de cada poeta, y la de todas, unidas en la sororidad de sus intenciones. Y en un mundo hostil que no quiere escuchar, ellas abren otra historia de luchas que nos envuelve desde el suelo al cielo: la voz de la potencia femenina, en un coro de pensamiento escrito se levanta”, dice la artista en el catálogo, en un diálogo que mantiene con Andrea Giunta, curadora de la muestra.

Nacida en Buenos Aires, Hanono estudió Filosofía y Artes Visuales en Rosario y en la Escuela de Bellas Artes de París. Vive y trabaja entre Buenos Aires, París y Rosario, donde desarrolla su trabajo vinculado con su propia historia de vida en los años setenta: desaparición,  prisión y exilio en Francia. Hanono estuvo desaparecida en el centro clandestino de detención El Pozo y luego en la Alcaldía de Mujeres de la Jefatura de Rosario.

En Francia comencé a escribir en francés, una lengua nueva que me hacía desaprender cosas de la lengua materna para balbucear una nueva lengua: deconstruirme para construirme desde otro lugar”, cuenta la artista entrevista por Arte Online. Sólo a partir de ese movimiento pudo poner en palabras eso que no pudo en nuestras pampas: su desaparición durante la dictadura. “Los puentes de la censura se levantaron: pude hablar de lo que no podía acá y pensar sobre lo que me pasó”, dice Hanono. Y agrega: “Aún hoy sueño con la desaparición: hay una marca que quedó en mi memoria. Mi trabajo es una manera de sanarme: produzco lenguaje desde el vacío”.

No hay forma de traducir lo indecible, lo monstruoso. Sin embargo, Hanono encontró el modo articulando distintos lenguajes y lenguas. Escribe en paralelo en francés y en español, luego traduce a una tercera lengua simbólicamente potente. Por dar un ejemplo, cuando trabajó con los quom tradujo al lenguaje de la artesanía, una expresión previa a la colonización y a la escritura. Hace años, explora e indaga en el concepto de traducción afectiva: considera que el artista es un intérprete traductor.

Traducir, un gesto político, artístico, creativo –y al tiempo de precisión milimétrica–, nos acerca al pensamiento y a la escritura de otro que enriquece nuestra cosmovisión. Quiebra las fronteras lingüísticas y se erige como un acto de resistencia capaz de poner en jaque el pensamiento homogeneizado.

Desde hace tres años, Hanono trabaja con el pueblo quom, que habita actualmente en la periferia de Rosario. A ellos les encargó las piezas que integran la instalación que presenta en esta muestra y también con ellos hará otra serie que presentará en la 12º Bienal del Mercosur que se realizará del 9 de abril al 5 de julio de 2020 en diversos espacios de Porto Alegre (Brasil), con la curaduría de Giunta.

Con especies vegetales que Ruperta –referente de la comunidad quom, chamana, quien se define como guerrera– selecciona y lleva desde el Impenetrable (Chaco) hasta Rouillón (en las afueras de Rosario), Hanono hizo un bello herbario con las impresiones de las plantas. Los papeles japoneses con los que trabajó son tan frágiles y leves que dan la impresión de flotar. A Arsenio, quien se ocupa de las artesanías en la comunidad quom, Hanono le pidió que hiciera figuras de animales que representan la cantidad de kilómetros que hay desde Resistencia hasta el Museo de la Cárcova. En total son 1030 animales en vías de extinción que corren despavoridos y que aluden al éxodo obligado que sufrió el pueblo quom, desde la selva hasta los suburbios de Rosario, y también al de la artista cuando se fue a París. Julieta Hanono define estas figuras como un abecedario de barro que conforma un discurso “portador de energía animada, luz propia, rítmica de luciérnagas, balbuceo de una nueva lengua que se inventa”.

Museo de la Cárcova, Av. España 1701. Costanera Sur

Martes a domingos de 10 a 18 h Feriados: cerrado

Cierre: 15 de marzo

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