Nota publicada online

martes 21 de septiembre, 2010
Horacio Cadzco. De México a Buenos Aires
Horacio Cadzco. De México a Buenos Aires

El artista mexicano Horacio Cadzco presentó su obra en arteBA y durante su estadía en Buenos Aires que prolonga hasta noviembre, contó a Arte al Día cómo trabaja, a partir del cuerpo como soporte

Reconocido por la La Destrucción de un Traje, obra con la que sorprendió al público porteño en la última edición de ArteBA, el joven artista Horacio Cadzco (México D.F. 1979) trabaja con las metáforas visuales que representan la relación que existe entre el cuerpo y las convenciones culturales que conforman el mundo. En esa línea, en su muestra más reciente titulada Un Extraño Espectro del Cuerpo, exhibida en México D.F. presentó una instalación compuesta de seres antropomorfos hechos con ropa vieja y desgastada.
Pero, ¿en qué consistió La Destrucción de un Traje? Durante un año continuo, el artista realizó esta acción donde forjó un pacto temporal entre su cuerpo y su obra, decidiendo confeccionar un traje bajo sus propias especificaciones, el mismo que usaría diariamente durante un año, sin lavarlo y quitándoselo únicamente para dormir. No bañarse, no rasurarse ni cortarse cabello ni uñas fue parte de su comportamiento y de su propio compromiso. Así, el traje, tanto en su relación intima como pública fue una especie de lienzo o depósito tanto de hechos como de humores corporales. Un cuerpo/traje que pacientemente portó las heridas diarias en una jornada continua que terminaría con la muerte simbólica del artista.
Un lenguaje de contrastes
El trabajo de Horacio Cadzco plantea un cuestionamiento existencial desde donde la apropiación y manipulación de imágenes o acontecimientos comunes, develan simultáneamente, sensaciones de atracción y de incomodidad. Haciendo con esto un balance simbólico, altera el valor del cuerpo equiparándolo con objetos cotidianos o de uso temporal.
Al artista le interesan particularmente aquellos contrastes que existen entre ciertas situaciones u objetos ordinarios y sus propias emociones en relación con la vida y con la muerte. Cadzco cree que en la belleza y en la normalidad se esconde lo banal y lo más vulnerable de nosotros mismos: “Siempre me ha angustiado lo transitorio de las cosas, la inestabilidad de los hechos y de nuestras convicciones...”, dice, y comparte su interés por las características que distinguen a determinadas clases sociales o agrupaciones culturales. “Los estereotipos, la idea del bien, las normas de conducta, los hábitos de higiene, los rituales contemporáneos de belleza y los rituales que ejercitan la conciencia espiritual o la participación en la comunidad son hechos específicos que tienen forma, características propias, son sucesos que inevitablemente dejan a su paso rastros materiales o simbólicos que eventualmente resultan en lo sucio, en lo impropio, en el fin de las cosas, en el cuerpo abierto o la develación de lo salvaje”.
El cuerpo como soporte
Cadzco siempre ha trabajado desde la concepción del cuerpo y con el cuerpo, confrontándose también desde hace tiempo con secreciones y desechos corporales usándolos para producir objetos: pequeñas esculturas hechas con mocos, cabellos y costras, esculturas efímeras de escupitajos congelados, objetos hechos de dientes, flores y moscas las ha hecho con su piel. También ha documentado procesos corporales como cicatrizaciones rituales. Para la obra Collar, por ejemplo, Cadzco decoró su cuerpo con un collar hecho de quemaduras, haciendo un registro fotográfico del encostramiento y del proceso de cicatrización. Regresó a este tema en: Tapiz, usando fotografías de ámpulas y quemaduras como patrón decorativo sobre una pared.
Algunas de sus esculturas efímeras parten de los estereotipos que determinan lo socialmente impropio o los "malos comportamientos", comer groseramente, invitar al publico a orinar en un piso cubierto de cartón o arrastrarse por las calles, han sido pretextos para generar sucesos escultóricos. Para la obra: Candil, Cadzco almacenó su propia saliva y la de otras personas, congelándola en módulos que se derritieron y evaporaron. Hizo lo mismo con orina, congelándola en forma de ¨lingotes¨, a propósito de una exhibición en torno al tema del dinero.

Notas más leídas