Nota publicada online

miércoles 28 de noviembre, 2012
Hacia una poética de la producción
por Rodrigo Alonso
Hacia una poética de la producción

En los últimos años, el campo argentino ha cobrado un protagonismo infrecuente. Aunque su presencia es insoslayable a lo largo de toda la historia, nunca se lo recuerda de forma más intensa como en los momentos de zozobra económica. A pesar del desarrollo industrial y tecnológico –pero incluso, debido a éstos– este motor incansable, fuente de los recursos nacionales más genuinos, vuelve a posicionarse en el imaginario social con una fuerza que le es propia.

En los tiempos en que se consolida el modelo agroexportador, en la segunda mitad del siglo diecinueve, el campo tiene a uno de sus máximos retratistas en Prilidiano Pueyrredón. Pintor de las pampas y las escenas gauchescas, sus obras plasman entornos rurales alejados de las ciudades, asentados en territorios vírgenes, donde la vida es tranquila y la naturaleza es salvaje, agreste. Desde una perspectiva romántica, Pueyrredón desarrolla una poética bucólica que hace del campo argentino una suerte de paraíso furtivo pero latente.

 

Ana Lía Werthein es una retratista del campo actual. Su campo, evidentemente, esotro. No ya el opuesto diametral de la ciudad, sino un territorio en interacción con ésta. Sus imágenes rurales están atravesadas por máquinas, computadoras, satélites, tecnologías. Werthein plasma el campo contemporáneo, en el que coexisten trabajadores agrarios y empresarios, espacio estratégico de un país en crecimiento, soporte material de la vida de miles de personas que no lo habitan. A través de su mirada se despliega una poética de la producción que abre la puerta a otros imaginarios campestres, mucho más próximos, vitales y fructíferos, en los que la fecundidad proverbial de estas tierras deviene en metáforas y actos de creación.

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