Nota publicada online

viernes 26 de septiembre, 2014
Graciela Sacco
Nada está donde se cree
por Cecilia Rubino
Graciela Sacco

En el Centro de Arte Contemporáneo CAC MUNTREF se exhibe una muestra antológica de la artista rosarina Graciela Sacco. Con un trabajo curatorial impecable de Diana Wechsler la muestra presenta instalaciones / sitio específicos que recorren la trayectoria de Sacco desde los años noventa hasta el presente.

Nada está dónde se cree, la exhibición que reúne un potente conjunto de obras resultado de veinte años de estudio, constancia y búsqueda de Graciela Sacco, nos propone actualizar a tiempo presente su constante trabajo en torno a la politización de la vida urbana. La artista aborda este tema a través de técnicas y medios diversos: fotografía, instalación, heliografía y video. 

     

Al ingresar al hotel, la rampa está tapizada de impresiones en papel de bocas gritando. Esta imagen también la veremos dentro de la sala de nuevo en papel, en video y sugerida a partir de una instalación conformada por cucharas. Las bocas de Sacco, que son un emblema en su producción, no apelan al carácter sensual, seductor; muy por el contrario las presenta en una actitud devoradora, gritando, reclamando. Impersonales, tienen que ver con la función digestiva, son vulgares. 

Emplazados en el viejo Hotel de Inmigrantes, un lugar fantasmagórico, que tiene un dejo de vieja enfermería, todas sus instalaciones y sitio específicos cobran una dimensión poética que puede ser leída en función del lugar donde se exhiben. Si bien las obras de Sacco se abren a múltiples sentidos e interpretaciones y, ciertamente, reclaman al espectador que se involucre no sólo con su cuerpo sino también con todas sus capacidades creativas e imaginativas; me abocaré al sentido que puede otorgársele a estas piezas, algunas históricas otras diseñadas especialmente para esta exposición, hoy, en esta muestra particular, en este espacio tan singular.

Las Bocanadas actualizan la idea del grito sordo, de las minorías que no son escuchadas, en definitiva de la situación política del inmigrante. Lo mismo ocurre con la sucesión de ojos que interpelan de manera directa al espectador, otra de las interferencias urbanas de Sacco que puede verse en la muestra y que la artista presentó en la Bienal de Venecia de 2001.

     

Ojos, también impersonales, se asoman a través de los azulejos, de rendijas de madera mirando directamente. No pude evitar pensar por un lado en el gran ojo como panóptico, que controla, que observa y por otro, en como miramos lo ajeno, como miramos a los que no forman parte, a los excluidos.

Otra imagen que se repite en diversos formatos a lo largo de la exhibición son huellas de zapatillas gigantes. En el marco del hotel, podemos pensar en las huellas del pasado, de los que habitaron ese lugar y pasaron por allí.

   

La serie M2, ¿cuánto es un metro cuadrado de destierro?, es tal vez la que mejor narra la situación de exilio y de los que tuvieron que venir a nuestro país huyendo de guerras, de hambrunas o que bien, escapando de situaciones no menos adversas, tienen que hacerlo hoy.  Como parte de esta serie, vamos a ver un metro cúbico que flota en la sala, tiene inscripto los precios del men diferentes capitales del mundo, un muro por el que podemos entrever  cuatro lanzapiedras y la obra cinética Fueron al norte para llegar al sur, donde un grupo de seres corre para alcanzar a un tren que ya se fue.

   

En la segunda sala se destaca el juego de luces y sombras. Veremos obras realizadas con una técnica que Sacco utilizó ampliamente y sobre diversos materiales: heliografía. En esta habitación, a través de una hendija de puerta vemos imágenes de la frontera de la Franja de Gaza. También imágenes de manifestantes y lanzapiedras que se repiten en diferentes soportes. Pupitres y viejas camas dan cuenta de aquello que está en vías de extinción: la pasión, el deseo y la educación pública.

 
     

Al final del recorrido de esta sala, una de las obras más interesantes de la muestra. Una instalación construida con espejos enfrentados que nos dan la ilusión de estar ante un puente de madera, pequeño, angosto. La idea de agua está tan perfectamente lograda, que por un instante podemos sentir el vértigo, el miedo, y también la atracción hacia el peligro que implica cruzar por ese puente. ¿Llevará a una tierra mejor?

Como Nada está donde se cree las imágenes son difusas, están al punto de la disolución visual, de la desaparición, ¿podemos confiar en ellas? 

     

Nada está donde se cree de Graciela Sacco            
Del 29 de agosto al 10 de noviembre.            
Martes a domingos de 11 a 19hs. Desde El 1º de octubre de 12 a 20hs.     
Visitas guiadas: todos los días a las 17hs. Taller para niños: sábados a las 17hs.
Entrada libre  y gratuita.         
CAC MUNTREF – Antártida Argentina 1355, Sede Hotel de Inmigrantes por la Escuela de Ciencias del Mar-Apostadero Naval.    
ra.moc.fertnu@cacfertnum

Notas más leídas