Nota publicada online

miércoles 27 de mayo, 2020
Gestores que hacen camino: Nicolás Testoni
“Un museo que crece en tarros, macetas y canteros”
Nicolás Testoni
Nicolás Testoni

Nicolás Testoni, cursó estudios en Ciencias de la Comunicación en la UBA y es realizador audiovisual. Desde 2004 trabaja en el museo taller Ferrowhite , institución de la que actualmente es director.

Afirma que los museos pueden y deben mejorar la calidad de vida de los individuos y las comunidades, y las comunidades pueden servir y nutrir a los museos en los modos más inesperados. Algunos museos comunitarios incluso sirven como activos espacios para la construcción de futuros, haciéndolo con humor y un espíritu crítico. Desde Arte Online lo convocamos para conocer su mirada.

Ferrowhite no es un “museo de arte”, pero sí tal vez un museo que, de a ratos, se piensa como una obra, a condición de desmontar la ficción de autonomía que la noción de obra suele llevar implícita, y de reconocer, al mismo tiempo, las oportunidades que esa ficción de autonomía habilita para quienes pretendemos no subordinar del todo nuestra existencia a la razón instrumental y a la lógica del lucro.

Ferrowhite es un museo taller. Un lugar en el que las cosas, además de ser exhibidas, se fabrican. Y no de cualquier manera. Ferrowhite produce implicando en ese hacer a un mecánico de locomotoras con una Licenciada en Historia, a un pintor con un estibador, a un rector universitario con la peluquera del barrio. Por eso, antes que un "nexo entre el artista, su obra y el público", Ferrowhite es un lugar en donde esas categorías entran un poco en crisis, a partir de actividades que derivan pero al mismo tiempo están más allá, o más acá, tanto de las habilidades pulidas a lo largo de nuestra vida laboral, como de las rutinas que la industria del consumo programa para nuestros ratos libres.

Por ejemplo, la confección de esta sala de museo inflable, que permite ver sin tocar, estar afuera y, a la vez, confinadxs, prototipo de un mundo sin derecho a roce, y soporte de una pregunta que no nos es posible poner en cuarentena: ¿Cómo seguir con una institución cuya dinámica estuvo basada, hasta ayer, en la posibilidad de todos esos encuentros que la necesidad de preservar la vida suspende? La verdad es que no lo sabemos. Sólo sabemos que, a prueba y error, eso que llamamos Ferrowhite está, otra vez, por inventarse.

Este año teníamos pensado plantar una huerta en el museo. La cuarentena suspendió la iniciativa. Pero, por suerte, no sólo los virus mutan. También lo hacen las ideas. Fue así que nos pusimos en marcha para hacer quinta en alrededor de 40 patios de Ingeniero White y Bahía Blanca.  Ahora el museo crece en tarros, macetas y canteros, intentando entender, a través de su tráfico hormiga, cómo cambian el trabajo, la vida en casa, las formas de colaborar y de cuidarnos en este tiempo lleno de desafíos."

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