Espacialidad, movimiento y un vacío inquietante a nuestra condición humana. Estos parecen ser los elementos que elije Francisco Estarellas para hablar sobre la esencia del hombre contemporáneo que navega entre el abandono y su deseo de persistencia.

La monumentalidad de sus pinturas realizadas sobre enchapado de guatambú, contrasta con el minimalismo de sus representaciones urbanas y, la direccionalidad de la obra, mete de lleno al espectador dentro de la obra, incitándolo a alcanzar cierto equilibrio inestable.

Ese mismo equilibrio inestable que trasmite Babel, una torre en construcción –inconclusa y provisoria- realizada con elementos de la arquitectura. Con la misma ironía que se lee en dos planos de ingeniería racionalista y occidental–realizados a la manera de antiguos cianotipos-, donde pequeños dibujos en birome –escaneados y compuestos digitalmente- revelan breves historias.

La actual muestra de pinturas y dibujos fue proyectada por Estarellas para la sala 11 del CCR; tomando el riesgo de obras de gran tamaño que buscan reflexionar en torno a la idea de lo utópico donde lo proyectual termina enfrentándose  a lo transitorio, lo disfuncional y lo irreal.