Nota publicada online

miércoles 27 de julio, 2016
Evento Agua en Malba
Un espacio donde la propuesta de Yoko Ono se abre a artistas latinoamericanos
por Pilar Altilio
Evento Agua en Malba

En Malba se puede ver una muestra dentro de otra muestra, está representada por Liliana Porter, Hernán Marina, Ana Gallardo, Amalia Pica, Rosângela Rennó, Runo Lagomarsino, Alexander Apóstol, Alfredo Jaar, Tania Bruguera, Teresa Margolles, Tercerunquinto y Antonio Caro y evoca la capacidad del agua de cobrar significados múltiples.
En 1971, Ono invitó por primera vez a un conjunto de artistas a participar enEvento agua, que tuvo lugar en el Museo Everson de Siracusa (Nueva York) y desde entonces ha repetido la acción en diferentes muestras.

Todas las propuestas de Yoko Ono tienen al menos dos cualidades que sobresalen: son participativas y abiertas a incorporar otros puntos de vista. La muestra del Malba que ya lleva 51 mil espectadores tiene una incorporación que remeda al mismo proyecto realizado en 1971 en el Museo Everson de Siracusa. Basados en algunos lineamientos generales muy breves, cada uno podía interpretar o narrar una vivencia específica en relación a un elemento tan vital para la vida. Se hace muy interesante el recorrido de estas obras pues tratándose de artistas latinoamericanos, los señalamientos se ubican en parte dentro de un sistema de referencias que, en algunos casos, es necesario leer para completar el sentido.

Runo Lagomarsino, Rosângela Rennó y Antonio Caro

El caso de Ana Gallardo (Rosario, 1958) es uno de esos. La obra es muy poco elocuente en sí, se trata de dos recipientes de barro atados. Están dedicados a Las Patronas, mujeres de Veracruz que se acercan al tren llamado La Bestia que usan los migrantes a Estados Unidos, para darles de beber y comer a esas personas que juegan sus cartas en un viaje lleno de peligros. También la botella de agua vacía de Runo Lagomarsino (Lund, Suecia, 1977) que fuera comprada y bebida por él y su hijo en Plaza de Mayo y que está dedicada a “los fantasmas rabiosos” que por allí circulan.

Hernán Marina y Teresa Margolles

La obra de Teresa Margolles (Culiacán, México, 1963) es potente cuando se lee de qué se trata: es una pieza donde se lavó un cuerpo en la morgue de una persona asesinada. Apela al proceso de transformación y simbiosis del agua y el cuerpo y refleja la persistencia del crimen en México. Los otros mexicanos presentes, el colectivo Tercerunquinto, integrado por Gabriel Cazares Salas (Monterrey, México, 1978) y Rolando Flores (Monterrey, México, 1975) se centran en otro proceso del cual quedan los restos evaporándose a medida que la muestra transcurra. Se trata de una serie de instrucciones llevadas a cabo en este caso por uno de los curadores de la muestra de Yoko, Pérez Rubio. Llenando un vaso de agua común se sumerge un papel de algodón para que absorba el contenido y luego se exprime para devolver agua al vaso. A medida que se evapora puede llegar a cualquier persona transformado en nube o en lluvia.

Liliana Porter

Dar de beber o sostener el agua tiene dos participaciones bien definidas. La de Liliana Porter (Buenos Aires, 1941) con su “Para usted” serie de piezas donde cada personaje u objeto tiene la capacidad de contener algo de agua. La obra de Amalia Pica (Neuquén, 1978) “Lección de humildad” apela a una instrucción posible mediante el uso de una fotografía urbana donde la naturaleza está completamente ausente, con la siguiente instrucción: “Donde sea que estés, formá un cuenco con las manos y juntá agua. Pacientemente esperá a que un animal salvaje venga a saciar su sed en vos.”

Amalia Pica

Dos obras muy interesantes proveen otros señalamientos. La de Alexander Apóstol (Barquisimeto, Venezuela, 1969) “Asta los huevos”  dedicada “a todos los que intentan y a los que logran disolver los totalitarismos” basada en una canilla y un asta que simboliza el poder igualados por el mismo cromado. Pendiendo del techo una planta que ha hecho simbiosis con su maceta, Hernán Marina (Buenos Aires, 1967) en Platycerium bifurcatum se lo dedica a quienes han sufrido o sufren algún hostigamiento por su orientación sexual.

Tania Bruguera

Tania Bruguera (La Habana, 1968) se juega con una propuesta que extrema la participación pues se trata de una persona a la que hay que preguntarle dónde está la obra para que ella saque la lengua. Un pequeño cartel con una leyenda escrita donde se cita el modo con que es censurada en su país por los hermanos Castro. La cantimplora de Antonio Caro (Bogotá, 1950) está dedicada a Delfina, una mujer que lo hospedó en su casa y cuando partió en aquella casa no quedaba literalmente ni una gota del vital elemento.

Alfredo Jaar, Ana Gallardo y Alexander Apóstol

El más potente creo es la de Alfredo Jaar (Santiago, Chile, 1956) que simplemente devuelve ostensiblemente nuestra imagen al recorrerla pues se trata de una escultura de vidrio y plexiglás y doble-espejo que nos multiplica.

En la muestra que continúa hasta octubre se puede participar de un desarrollo interesante que comienza este miércoles 27 de julio. Se trata de una recreación de las performances que realizó Yoko tanto en Estados Unidos como en Japón. Piezas para audiencia estarán a cargo de Agustina Muñoz quien dirige estas performances con una libertad inusual que le diera la propia Ono debido a que aquellas primeras se hicieron casi sin registro y con mínimas instrucciones previas. Vale la pena darse una vuelta.

Notas más leídas