Nota publicada online

jueves 27 de enero, 2022
El Búlgaro y su singular zoología
Se exhiben en la Colección Fortabat
Casanovas, Laura
por Laura Casanovas
El Búlgaro y su singular zoología

La Colección Amalita presenta esta exposición, curada por Guadalupe Fernández, que recorre los tópicos desarrollados por el artistas en su producción.

Hablar de animales en la obra del artista Luis Freisztav (1954 - 2008), llamado El Búlgaro, es una aproximación a unas formas que aparecen como evidentes. Sin embargo, de inmediato percibimos cierto extrañamiento que las desborda. El centenar de piezas escultóricas presentes en la exposición EL BÚLGARO. Luis Freisztav, en la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, nos sumerge en una zoología singular, donde cada especie inquieta a la percepción, el entendimiento y el ánimo de una manera inusual.

Vista de sala

Con el destacado trabajo curatorial de Guadalupe Fernández y de montaje de Roberto Fernández, las piezas se agrupan en instalaciones revelando la potencia del conjunto sin perder los rasgos unívocos de cada trabajo. Varios son los ejes que conviven, se interceptan y es posible seguir: el de la materia con sus diversas posibilidades perceptivas y texturas a través de la cerámica y la cartapesta; el de los grupos de animales como monos, sapos, víboras, peces, perros con sus fisonomías en el límite de la fantasía y el mito; el de los temas que parecen poner en perspectiva, entre ellos, la pobreza, el dolor, la vida, la muerte, el sufrimiento y, por sobre todo, la condición humana.

“Tuve la suerte de conocer a El Búlgaro y seguir de cerca el desarrollo de su trabajo desde los años noventa. En cada una de sus exposiciones me emocionó su mirada, lo visceral de su obra, la fuerza que imprimía a su materialidad. También me enseñó sobre el inmenso poder de lo propio: “al sapo su charco le resulta grandioso”, como decía Liliana Maresca sobre una de las obras de El Búlgaro”, escribe la curadora.

Freisztav fue un artista autodidacta, cuyo trabajo en vida resultó sobre todo reconocido por sus pares. Esta muestra contó con el impulso de amigos del artista, especialmente de Marcia Schvartz —quien hizo un magnífico retrato de El Búlgaro en su taller— y de su hijo Iván Freisztav. Una reivindicatoria exposición de un artista tan distinto como necesario.

Sobre tarimas de diversas alturas y plataformas encontramos el conjunto de sapos en cerámica de la serie “Y mañana será príncipe” con volúmenes que oscilan entre la apariencia de explotar en cualquier momento y otros achatados casi al ras del piso, e imbuidos de una carga simbólica que incluye a la literatura. Cercanos a ellos está el vasto conjunto de serpientes en cerámica —con su minucioso trabajo de escamas— presentando actitudes y contorsiones disímiles, las cuales constituyen su última producción, en 2006. En tanto, las palometas en igual material se enfrentan de a pares resaltando las hileras de dientes filosos y amenazantes y el trabajo en la textura de la cerámica, a través de infinidad de líneas producidas por incisiones. En general, se imponen el negro y el blanco, entre algunas piezas en azul, verde y rojo. Todo este conjunto parece ser observado y coronado por los monos negros en cartapesta sentados sobre troncos de madera con su postura encorvada —casi vencida—, ensimismados, raquíticos.

En otro sector de la muestra, en la serie “Los Perros”, de 1991, también la cartapesta presta su textura a animales esqueléticos, agonizantes y alucinados, solitarios o copulando. Casi como en un altar se eleva la obra Fuiste, Alpiste, de 2000, donde asoma la cabeza de un buitre por sobre una bolsa de plástico negra con cierre relámpago, remitiendo a una constelación de lecturas relacionadas con momentos de la historia argentina y universales: la vida, la muerte, la tortura, la impugnación.

Miro así una y otra vez las obras de El Búlgaro. No veo sólo animales. Veo la desesperación y el sufrimiento al borde de la locura. La condición humana con su capacidad de infligir daño y dolor. Y mis ojos se adentran en esos ojos como cuencos vacíos u orbitas desorbitadas, que parecen mirar pidiendo por favor. Les sostengo la mirada y prometo no olvidarlos.

Hasta el 20 de febrero de 2022.

Colección Amalia Lacroze de Fortabat.

Olga Cossettini 141. Jueves a domingos de 12 a 20.

Entrada: Tarifa normal $200. Tarifa reducida para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes con acreditación $100.
Jueves tarifa normal $100 y sin cargo para menores de 12 años, jubilados, estudiantes y docentes con acreditación. Menores de 6 años sin cargo.
Personas con discapacidad sin cargo.

Reserva de turnos para la visita: https: www.coleccionfortabat.org.ar/reserva-tu-turno.php

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