Nota publicada online

miércoles 7 de octubre, 2020
Domingo Beltrán
"Con la sensación de que lo extraordinario se hizo ordinario"
Domingo Beltrán

Domingo Beltrán es un artista visual nacido Tucumán, graduado como Licenciado en Artes especialidad pintura en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Entre el 2007 y el 2013 residió en Barcelona e Italia, donde condujo su taller propio. Vive y trabaja desde Tafí del valle, Tucumán y donde no sólo realiza sus obras sino que lleva adelante su actividad como docente. 

"Beltrán sostiene que su búsqueda se orienta hacia lo onírico, con descripciones espaciales y formales cuasi anecdóticas que irradian luz y mezclas de serenidad y excitación" Virginia Salazar

Desde Arte Online lo convocamos para escuchar sus vivencias y estrategias frente a este momento tan particular que vivimos y conocer un poco más sobre su trabajo.

"En estos días extraño el contacto social, los abrazos y las charlas alrededor de una mesa. El demorarse en una mirada sin las prisas ni precauciones que nos distancian. Pero como vivo en Tafi del Valle la sensación de encierro es nula, puedo transitar y permanecer con mucha libertad en la inmensidad de la naturaleza.
De cualquier manera esta situación de aislamiento preventivo, novedosa e impredecible, me genera un estado de curiosa y calma expectación. Con la sensación de que lo extraordinario se hizo ordinario y la confirmación de que la voluntad de control es inútil, y que debemos aceptar la imprevisión como un componente estructural de nuestra existencia.

Dicho esto, debo reconocer que me siento cómodo en este contexto; disfruto de la obligada introspección, que en épocas normales se dificulta por las rutinas del diario vivir; y aprovecho el tiempo, casi ilimitado, para el trabajo de taller. Algo así como cumplir el sueño de vivir sin la presión que el sistema impone. Por supuesto que esta posición es absolutamente personal y contrasta con lo distópico de esta realidad, que está generando, además de los problemas sanitarios obvios, un estado de angustia intenso en lo emocional y en lo económico; con gente que exige libertades y del otro lado, sanitarios desbordados pidiendo contención y comprensión; con teorías varias y fluctuantes sobre qué es y no es este virus, sus consecuencias inciertas y el debate sobre las medidas políticas correctas para abordar la crisis. Todo esto potencia la incertidumbre. Este panorama me deja en un limbo de sensaciones, de dolor por un lado y de calma amable por el otro. Que me llevan a trabajar con una carga emocional intensa y novedosa para mí.

Actualmente estoy trabajando en pinturas no representativas, con ciertas referencias orgánicas indefinidas, voy siguiendo el camino que venía recorriendo en los últimos años, el de buscar recrear la esencia de lo vital, aspirando a la universalidad de lo biológico, lo más despojado posible de lo racional. Como si de capturar un momento primigenio se tratase. Buceando en las verdades de lo irracional, lo profundo del inconsciente.
En este tiempo tan peculiar, el sin tiempo de los días me sirve para percibir, con más claridad, los deseos del cuerpo; sus ritmos, sus negaciones, sus oscuridades y sus luminosidades. Entendiendo lo corpóreo como la manifestación más completa y compleja de lo humano; como la materialización de lo mental, lo emocional, motorizado por el sentido de supervivencia que caracteriza todos nuestros actos.

No estoy llevando adelante ningún proyecto concreto con márgenes establecidos, estoy aprovechando para que el deseo y la intuición recuperen el espacio perdido en la rutina forzada por el sistema productivista en que vivimos. Tengo como único foco la observación de mi interioridad y de cómo interactúa con el contexto. Creo que esta situación distopica puede servir como una puerta a nuevas experiencias que cuestionen muchos de los supuestos de nuestra cultura de consumo.
Debemos reflexionar desde lo político y lo filosófico, y creo que la introspección es el primer paso, reconocernos para reconstruir y reformular lo social, lo comunitario." Domingo Beltrán

Humo, palo y hueso

"Esta selección de obras evoca a los componentes esenciales de la naturaleza que el artista reconfigura a través de la abstracción pura. Liberado de las restricciones formales, Beltrán no se limita a la apariencia del universo natural. Desarrolla un análisis preliminar de la forma y del color de cada elemento que, luego de una minuciosa observación casi microscópica, traspone a la tela y al papel con una intensa gestualidad. (...)

La racionalización de ese gesto inicial y, en apariencia, azaroso se observa en el control absoluto del espacio, y en una pincelada portadora de un sentido expresionista. Cada pieza es una construcción que, sin referencias detectables, alude a la energía vital que proviene de las fuerzas inherentes a los procesos de la naturaleza, y son indiscernibles para el ojo humano. De esta manera, el artista pone al descubierto acciones de dilatación, contracción, reproducción, y estallido, entre otras." Virginia Salazar -extracto del texto curatorial-

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