Nota publicada online

martes 4 de agosto, 2020
Coleccionismo: Gustavo Mosteiro
"Hay que respetar el rol de las galerías"
Catellani, Vanesa
por Vanesa Catellani
Coleccionismo: Gustavo Mosteiro

Gustavo Mosteiro o Mosti para los amigos del medio. No coleccionista, si apasionado por el arte desde la infancia. Sorprendido por el arte contemporáneo emergente fue conformando su colección.

Desde Arte Online conversamos con el sobre sus inicios en el coleccionismo, sus proyectos y las nuevas vivencias estéticas.

¿Cómo nació el encuentro con el arte, cómo nace tu coleccionismo? ¿Cuándo adquiriste tu primera obra? 

- Mi encuentro con el arte comenzó desde muy chico a partir de un viaje que hicimos con mi familia a Europa. En el palacio Uffizi de Florencia, tuve una fascinación con la venus de Botticelli, fue algo que me quedó ahí latente. En esa época vivía en Martínez llevaba una vida muy suburbana, no había muchas expresiones artísticas por la zona, si casas de antigüedades que siempre me llamaron la atención. En las casas de la familia había cuadros originales no de firma, una tía abuela pintaba y le regalaba cuadros a todos. Ya adolescente, me llamo mucho la atención una campaña publicitaria sobre una muestra de Pérez Celis que se llamaba “Antes y ahora” en el Centro Cultural Recoleta. Como me movía solo, me tomé el 60 y fui a verla, a partir de ahí comenzó el habito de ver muestras, en el CCR. Con el tiempo fui sumando a la galería Benzacar, El Rojas y el ICI. Paralelamente descubrí que existía un mercado, tomé consciencia que el arte se vendía, no solo las antigüedades. En Martínez había una galería que se llamaba “Del Buen Ayre” pero que no me llamaban la atención. En el año 1990 o 91 en  cuarto piso de Harrods -que ya estaba en decadencia-  se hacían muestras en un espacio que se llamaba FABA (Feria de Arte de Buenos Aires) y con muy buen tino colocaban en un rinconcito los precios de las obras. Allí descubrí que no era algo tan inaccesible, y realicé mi primera compra una obra de Oscar Suarez un artista mendocino que no tuvo mucho auge,  la cual compre a través de una galería de Córdoba Jaime Conci, hace unos 30 años aproximadamente. Esa fue mi primera compra, sin intención de coleccionar si no como para llevar algo que formaba parte de mis intereses para que me acompañara. 

¿Qué es ser coleccionista?

- El ser coleccionista es una pasión, un sentimiento. Algo difícil de medir. Cualquier cosa a la que pongas mucho foco, busques  información, y luego comiences a acumular. No hay un manual que diga la cantidad de obras o el monto invertido para convertirte en coleccionista. Lo que vale para mí es la pasión en buscar, informarse,   ver muestras. Y luego ocasionalmente que termine en una compra. 

Sobre tu colección ¿se va formando con algún criterio en particular? 

Si podría poner un punto en común a mi colección o los que muchos llaman colección -aunque yo no lo entiendo de esa manera- es que siempre he comprado arte emergente, de artistas jóvenes, en su momento de mi generación. Y aún sigo mirando a los artistas jóvenes. A los que he adquirido en su momento les sigo su carrera, y me da muchísimo placer como se insertan en el mercado argentino e internacional y van creciendo.

Muchas veces me ha pasado ser el primero en adquirirle obra a algún artista. Y eso es muy importante para mí darle un impulso al artista, aunque sea con una compra mínima que no les va a salvar la vida ni les va a llenar los bolsillos, pero sí como un incentivo que su obra generó interés. En ese segmento es en el cual me siento más cómodo.

Soy muy desorganizado y no llevo contabilizado ni registradas las obras, una vez mi hijo las ha contado y hay algo así como 150 obras colgadas, más algunas guardadas. Otro eje en común que tiene mi colección es que todas son de pequeño formato. En el pequeño formato el artista se tiene que volver más minucioso y generar un clima. Me envuelve más el universo de una obra pequeña que una obra de mayor tamaño. También es más fácil acceder desde el aspecto económico. Y otra cuestión es que tengo casi todo exhibido. Lo que he ido comprado esta colgado en distintas partes de la casa, se puede ir rotando algo, me faltaría enmarcar algunas, pero muy poco.

 

Fabio Kacero. 1994

¿Redescubriste alguna obra en este encierro? 

Hubo una muestra en 1993 de Alfredo Prior en Benzacar que se llamaba algo así como “Los sobrinos del capitán Nemo” en esa muestra Prior simulaba ser diferentes artistas, como un juego al estilo de Duchamp. Allí había una instalación conformada por almohadones supuestamente rellenos con cabello,  acompañados con una instalación sonora que emanaba el ruido que generaban las tijeras al momento de los cortes del pelo. Esa obra la tuve mucho tiempo expuesta y después por mudanzas etc., cambié le saque el relleno (que era una almohadón grande pero común) y guardé la funda. Ahora en esta cuarentena cuando comencé a cortarme el cabello yo en casa, se me ocurrió guardarlo dentro del almohadón a modo de testimonio de esta época, y me gustó complementar el conceptualismo de jugar sobre lo que debió ser real en su momento. Ahora con un poco de mi pelo, la volví a guardar. 

¿Qué proyectos o sueños tienes pensados para el futuro de tu colección?

Este punto me genera curiosidad, que atraerá mi atención dentro de los años que se vienen. Seguir incorporando artistas y la ilusión de ver cómo  van evolucionando las carreras de aquellos que la conforman. A veces escucho a mis hijos eligiendo obras que les gustaría llevarse cuando tengan sus casas. Me parece muy gratificante.

 ¿Adquiriste alguna obra en ferias online durante la cuarentena? 

- Sugerí un regalo para el día del padre, en una  feria online referida a artistas correntinos. No sé si te había comentado que ese viaje a Europa fue en barco, ya que mi papa era marino mercante. En dicha feria ví una obra que concentraba muchas cosas emotivas de mi historia como los barcos y de un artista de Corrientes, ya que mi suegra era correntina. Y en Diderot Art adquirí otra obra que me gustó mucho, me terminó de decidir su tamaño ya que medía 22 x 22 cm, que es un fetiche para mí. Una obra sobre papel y en este caso el verla en vivo, es muy difícil que te desilusione. Si bien poder ver la obra en vivo me parece fundamental, tallan otros factores como la emotividad, sigo mi instinto por ese lado. Nunca va a reemplazar la compra online con la presencial, va a ser un complemento. Estamos todos ávidos de ver todo en vivo.

También otra obra que adquirí online está relacionada a una acción benéfica por el Hospital de Cínicas “Artistas por Argentina”. Es de Jair Jesús Toledo, un artista que venía siguiendo con interés. 

¿Habías tenido experiencias de compra online antes del Covid-19? 

- Antes del Covid-19 también adquirí dos obras en DiderotArt, una para casa y otra  para regalar en un casamiento. Esas fueron mis experiencias online previas al Covid-19.

Alberto Borea

¿Cómo adquirís obra: en galerías, ferias, remates, y/o contacto directo con el artista? 

- He adquirido obras en casi todos los circuitos. En remates obras más clásicas con el foco puesto más en lo decorativo. Una acuarela de Pablo Menicucci que se integro muy bien en el resto de mis obras. Hasta por Mercado Libre, un hallazgo insólito de una serigrafía de Edgardo Giménez. Pero básicamente en galerías. En visitas directas a los artistas muy poco, solamente cuando  estuvieron sin galerías. Hay que ser muy claros con las reglas del juego y respetar el rol de las galerías.

En arteBA he comprado bastante, mi lugar es el Barrio Joven, ahora Utopía. 

También miro a las galerías jóvenes latinoamericanas que participan de arteBA, y e he comprado de artistas peruanos brasileros, venezolanos, ecuatorianos, etc.

En remates me he desprendido de algunas obras, por necesidad económica o para mantener joven la colección, con un  espíritu fresco. Cuando tengo algún artista muy consagrado, me gusta hacer un recambio, luego de rematar una obra, llega otra nueva.

¿Qué te sucede con la vivencia estética hoy? 

- Me gusta investigar para no quedarme afuera. La premisa es: si esto esta sucediendo, algo me está diciendo. Trato de aggiornarme y que me seduzca de alguna manera. Hay ciertas cosas que me parecen repetitivas o noto cierta impersonalidad en un mundo globalizado resultándome difícil detectar un color local. Me interesa percibir lo que está sucediendo.

¿Hace falta ser millonario para ser coleccionista?

- Obviamente que no, sobre todo desde mi experiencia personal. Soy el más pobre de los coleccionistas, siempre digo que soy un exponente del coleccionismo póvera. Para ser coleccionista -nunca me siento cómodo con esa calificación- lo que vale es el gusto y la pasión, que en algún momento se traduce en participar activamente desde otro lugar, en compras ocasionales, atesorarlas, cuidarlas y generar entusiasmo.

Me parecen contraproducentes las noticias de ventas millonarias porque encapsula al arte en un lugar elitista e inaccesible cuando puede ser todo lo contrario.

¿Qué recomiendas para nuevos coleccionistas?

- Yo reformularía la pregunta, que recomiendo para los que tienen mucho entusiasmo por el arte. Que se vuelvan más activos, que pongan dinero en algún lugar de la rueda del circuito del arte, que se hagan amigos de los museos. Eso tiene un efecto, multiplicador importante en cuanto a sostener todo el sistema de exhibición y que los artistas puedan vivir de la venta de su obra, algo que aquí en argentina es difícil de lograr. Una vez que estás en el ruedo, habiendo tantas galerías y ferias, la situación de compra se  presenta. Una vez me dijo algo muy importante un galerista amigo Horacio Dabbah “la obra de arte no se vende, se compra” la obra de arte encuentra un comprador por cualquier, motivo más allá del precio. 

Amadeo Seguy

Notas más leídas