Nota publicada online
Como parte de la segunda edición del BAFA Fashion &Arts, en el espacio de Quintana Casa se presentaron las obras de Betiana Bradas, una talentosa artista argentina cuyo trabajo conecta el arte, el diseño y sus propias raíces familiares. Con motivo de esta exposición, Arte Online le hace una entrevista en exclusiva en donde nos cuenta un poco más de su trabajo.
La rosarina formada en el diseño gráfico, pero inevitablemente contagiada por el arte, trabaja el metal. Sus obras buscan transformar la dureza de la chapa, el hierro o el aluminio y encontrarle nuevas formas. De cierta manera, Betiana purifica el material, lo convierte en líneas puras, dinámicas y sensibles. Las esculturas de Bradas navegan entre lo geométrico y lo orgánico, lo inamovible y lo frágil, la estructura y la libertad, en síntesis, en la dicotomía, el equilibrio y la transformación.
Sus trabajos se vinculan profundamente con su historia familiar. Al crecer, siempre estuvo rodeada de metal y máquinas. La metalurgia fue una parte importante de su vida y hoy forma parte de sus recuerdos, pero no menos importante, de su identidad como artista. Así como sus vínculos familiares inspiraron su obra, le inspiran otros artistas que trabajan la síntesis, la forma y la materialidad como vehículos de emoción así como: Lygia Clark, Carmen Herrera, Frank Stella, Anish Kapoor, Paul Klee, Lucio Fontana, entre otros.
La obra de Betiana resulta en una particular combinación de materiales poco flexibles con atisbos a la Bauhaus. La síntesis y la funcionalidad de esta última, son pilares fundamentales en la estética de sus trabajos. Más, en el arte de Betiana se enraízan también sus propios vínculos familiares y el humano cariño que se demuestra al otro. La materia hecha emoción. La fortaleza y la permanencia simbólicas, asociadas al metal, se entremezclan con la sensibilidad y la poesía. Doblar, cortar y soldar son gestos que resignifican la materialidad, más que técnicas metalúrgicas, son gestos que transforman y cuentan historias.
La labor de Betiana Bradas es un constante proceso de exploración, es el ir y venir de la dureza y la calidez, la poesía y la resistencia. En esta permanente búsqueda del equilibrio, el color no pasa desapercibido. Trabaja con una paleta neutral y minimalista. Así, el blanco y negro, es el ejemplo más claro del contraste y no solo del que supone el color sino el contraste conceptual que busca poner la artista en todos sus trabajos, la luz y la sombra, no enfrentadas sino como una sola. Por su parte, otros colores toman un protagonismo diferente, en palabras de Betiana: “El amarillo, en cambio, tiene un sentido íntimo y poderoso: es el color de mi padre, la luz que queda dentro, la energía vital que permanece incluso cuando creemos haberla perdido”.
La carrera artística de Bradas ha recorrido un largo camino. Comenzó con la pintura, la fotografía y el dibujo guiados por la geometría. Sin embargo, en un momento, La geometría se expandió y se expandió, inevitablemente salió del papel y se plantó tridimensional en el espacio. Finalmente fue, la expresión de la geometría en metal la que terminó de unir concepto, historia, familia, cuerpo y arte.
Si bien, Betiana encontró en la escultura un lenguaje artístico completo, su exploración no terminó allí. Bradas halló en el cine una nueva forma de expresarse. Actualmente desarrolla su primer cortometraje, un proyecto personal que le permite sumar emoción y tiempo pero que, a su vez, apela a nuevos públicos.
Los proyectos no terminan ahí. En el mes de noviembre Betiana participará de una muestra grupal declarada de Interés Cultural en el Concejo Deliberante de Rosario con el colectivo RUDA, integrado por tres mujeres artistas. Asimismo, ha volcado sus esfuerzos a un gran proyecto en Chovet, pueblo donde creció. Se trata de un mural en espacio público que quiere conectar directamente con la comunidad.
Cortar y moldear el metal, son parte de las búsquedas de Betiana pero no lo son todo, su obra busca ir más allá. Sus trabajos invitan a encontrar la belleza escondida en la dureza del metal y el poder humano de transformarse, de reinventarse y levantarse. Los trabajos de Betiana atraviesan el duro metal con la fortaleza interior y son un aliento para animar y conectar con la fortaleza interior, aparentemente escondida tras el brillante metal.