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Fundación Vocación Humana presenta “Ofrenda” de Ariel Venegas que surge del intercambio de saberes y el arte.
Espléndida, luminosa y protectora se alza, en el centro del jardín de la Fundación Vocación Humana, Cibeles la Gran Diosa Madre de la Tierra, asociada con la naturaleza salvaje, la fertilidad, la creatividad y la maternidad. De origen freigio, su culto se extendió a Grecia y a Roma. Cibeles es una diosa rica en simbolismo, con una historia que abarca desde la antigua Turquía hasta la actualidad, con presencia en la mitología y la cultura popular y es la obra capital en esta particular muestra presentada por Ariel Venegas y que trabaja los signos y símbolos directamente relacionados con una vocación: la humana.
Para quienes no conocen esta fundación, es un centro de estudio e investigación sobre “vocación humana” que busca irradiar en la sociedad mediante la enseñanza y el servicio a la comunidad; fue creado por Bernardo Nante, como resultado de una labor de casi 30 años, a partir de una síntesis de saberes de las tradiciones espirituales y de teorías científicas contemporáneas.
“En la Fundación habitualmente realizamos muestras de arte pero, esta es la primera vez que se trabaja en conjunto, focalizándonos en los distintos símbolos de la formación,” comenta este doctor en Filosofía con estudios superiores en Psicología, Ciencias Orientales, Matemática y Economía y que, entre otras cosas, investiga la interrelación entre Psicología, Religión y Filosofía Comparada Oriente- Occidente y se especializa en las fuentes de la obra de Jung y en la traducción y comentario de obras alquímicas.

El artista plástico Ariel Venegas, además de ser alumno avanzado de la Fundación, es Licenciado en Artes Visuales de la UNA y realizó clínicas de obra con los artistas Guillermo Roux, José Marchi, Eduardo Stupia, Pablo Siquier y Carlos Bissolino. “Las obras de ‘Ofrenda’, la actual muestra - explica Ariel-, “surgieron a partir de largos diálogos con Bernardo a lo largo de tres años.” Otras fueron pensadas por el propio Nante y realizadas por Venegas.
Cibeles, por ejemplo, partió de una pequeña escultura que Ariel realizó con barro de San Juan, lugar en el que habitualmente vacaciona con su familia, el Barrial en Calingasta. “El barro es algo muy arcaico, muy proto-civilización. Todos los pueblos originarios trabajan con el barro. Siempre pensé que es el primer elemento, la primera materia con la que se puede expresar el lenguaje plástico y me pareció muy simbólico.” Esta pequeña escultura era particularmente cónica. Intuitivamente comprendió que la escultura realizada tenía una forma cónica similar a la de Cíbeles, lo que lleva a una reflexión conjunta con Bernardo sobre su significado cultural e histórico. Esta conexión inspira el desarrollo de la escultura en un volumen significativamente mayor realizada especialmente para la muestra.

Otra obra emblemática de la muestra es “El reloj del tiempo” cuyo diseño fue trabajado en conjunto con Bernardo, representa simbólicamente dos conceptos de tiempo: el kairos (tiempo eterno) y el kronos (tiempo cronológico). El tiempo kairos está simbolizado por un centro en forma de flor mandálica, mientras que el tiempo kronos se representa a través de dos soles (uno azul amarillento y otro rojo), que tienen movimientos opuestos. También se incluyen elementos como los cuatro vientos, las fases de la luna, y frases en latín y griego que reflejan la relación entre estos dos tipos de tiempo, haciendo hincapié en cómo el tiempo eterno se recuerda a sí mismo dentro de la eternidad.
La obra “Silencio, sacrificio, transmutación, felicidad”, es una preciosa cruz realizada en madera y pintada con acrílico, hace alusión a una de las ideas símbolos principales de la formación del primer año. “En esta cruz se encuentran los cuatro momentos del título. El primero, sería una madre incubando, podría ser la estrella o una idea o una concepción o una nueva percepción de las cosas. Después viene el sacrificio, arriba el momento de la transmutación y finaliza con este momento que es la felicidad. Un quinto elemento, en el centro mismo de la cruz donde está todo concentrado y al mismo momento irradia y permite guiar todo ese proceso, un proceso espiralado y continuo. De alguna manera las imágenes fueron surgiendo de acuerdo a lo que me evocaba cada idea símbolo y fue construyéndose hasta llegar a esta forma de cruz”, explica el artista.
Otras pinturas completan la muestra; son treinta obras distribuidas en distintos espacios de la emblemática casona. Cada una de ellas aspira a que irradie una humilde y respetuosa apertura al Misterio. Y como sugiere Sylvie Nante en el texto curatorial de la muestra: “La materia, sus formas y colores, intentan abrirse como el canto silencioso de una vocación que, por ser tan humana, reconoce raíces pre-humanas, atraviesa lo muy humano y lo trasciende hasta perderse o reencontrarse en lo oculto de lo oculto.”
“Ofrenda” de Ariel Venegas en Fundación Vocación Humana, mantiene la esperanza en la Luz que salva. ¡Bienvenidos!
La muestra se podrá visitar desde el 15 de mayo a las 19 hs hasta el 15 de julio en Fundación Vocación Humana, Aráoz 1942, CABA
Para coordinar horarios de visita comunicarse por Whatsapp al 11 5617 5024
Entrada libre y gratuita