La muestra All Boys, curada por Fernando Farina, reúne a seis artistas contemporáneos de la misma generación, que actualmente son referentes de diferentes problemáticas en torno a la abstracción y sus derivaciones conceptuales.

La relación que los une conjuga el arte y el afecto, de allí que compartan sus búsquedas estéticas, sus obsesiones, sus replanteos y mutaciones.

Después de una primera exposición realizada hace algunos años, esta muestra funciona como un nuevo espacio de diálogo, ofreciendo otras miradas de los mismos protagonistas. En ese reencuentro, la ausencia de Lucio Dorr, aunque presente con su obra, reconstruye un recuerdo -amoroso- y también oficia de homenaje.

Pablo Siquier (Buenos Aires, 1961) comenzó a exponer en forma individual en 1991 y colectivamente desde 1987. Formó parte del Grupo de la X, artistas reunidos a instancias del escultor Enio Iommi. Exhibió sus trabajos en el Museo Nacional de Bellas Artes de la Argentina y en el exterior y fue el representante Argentino en la 3o Bienal de Cuenca, en la 1o y 2o Bienal de Porto Alegre, en la 9o Bienal de La Habana y en la 26o Bienal de San Pablo.

La obra de Beto De Volder, según expresa Mercedes Casanegra, es de “inscripción posmoderna, parece haber visitado distintos puntos de la historia del arte del siglo XX, para construir y nutrir su propio desarrollo estético. Desde una mecánica surrealista a un cinetismo real, a modos vecinos al arte óptico, de resultados extraños, de mixturas originales, que parecen unir desde el camino de Hans Arp a la propuesta perceptista de Raúl Lozza. Es en ese rango de distancia entre uno y otro que se vuelve a plantear el nudo conceptual citado entre una voluntad automatista y orgánica a una vertiente racional”.

Lucio Dorr nació en Buenos Aires en 1969 y falleció en la misma provincia en 2013. A fines de la década del 80 realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, y durante el período 1988-1996 concurrió a los talleres de Guillermo Urbano, Juan Doffo y Pablo Siquier. En 1993 egresó como diseñador gráfico de la Facultad de Arquitectura de la UBA. En los últimos años de la década del 90, abandonó el soporte bidimensional, que emplea en una etapa anterior de praxis pictórica, para comenzar a indagar en otras modalidades, en donde incorpora la tridimensión. Expuso sus obras en galerías, museos y centros culturales de Buenos Aires y Chicago. Obtuvo entre otras, las siguientes distinciones: Primera Mención de Diseño, Bienal de Arte Joven, 1994; Premios AACA/AICA a las artes visuales edición (Duplus), 2000; y Subsidio a la Creación, Fundación Antorchas, 2003. Entre otras actividades, se ha desempeñado en distintas cátedras de la Facultad de Arquitectura.

María Gainza en un texto publicado en Página 12 afirma: “Fabio Kacero es conocido por sus colchones inflados y sus cajitas de dibujos y transparencias. Pero detrás de esos hits hay una obra de una ductilidad y variedad únicas”. “Sus trabajos, completamente desviados de todas las categorías del arte, pertenecen a un estado fuera del arte, algo que aún no podemos designar y por lo tanto, menos aún, pensar. Alguna vez se entroncó su obra en la línea del arte concreto argentino, pero basta detenerse, al azar, sobre cualquiera de sus objetos, para ver que son piezas demasiado polimórficas, demasiado poco unívocas, para estar ligadas por un solo lazo de parentesco. Por ejemplo, en sus últimos libros agujereados, el efecto rayos equis que producen las perforaciones podría rastrearse vagamente hasta el Etant Donnés de Duchamp...”.

Andrés Sobrino, es diseñador gráfico. Obtuvo el Premio a las Artes Visuales 2001 de la Asociación Argentina de Críticos y el Premio Elena Poggi.

Aunque nació en Tucumán, en la actualidad, trabaja en Buenos Aires donde ha participado en exposiciones en el Centro Cultural Rojas, el Malba, la Fundación Proa y el Espacio de la Fundación Telefónica.

Fabián Burgos nació en Buenos Aires en 1962. Inició sus estudios con Luis Felipe Noé. Entre 1991 y 1993 es becado por la Fundación Antorchas, para asistir al taller que coordina Guillermo Kuitca. En el mismo año, recibió una mención de honor en el certamen para artistas jóvenes del Premio Nuevo Mundo, y en 1996, el subsidio a la Creación de la Fundación Antorchas. Burgos desarrolló su producción a partir del estudio de la gráfica de los diseños de revistas científicas de las décadas del 60 y 70. Como muchos de los artistas de las últimas décadas, en sus obras manifiesta cierta filiación con la abstracción geométrica de los años 40 y 50.

VER AGENDA RELACIONADA