Nota publicada online

Algoritmo de la Incertidumbre reúne 11 artistas participantes de Proyecto PAC 2021, con curaduría de Ana Larrère y Gelen Marquez en un “lenguaje especial hecho de guarismos y signos y no inferior en sutileza a ninguno” que los vincula. La investigación, el error, la deriva, lo aleatorio, la probabilidad, la combinación taxonómica y el deseo, despliegan un recorrido donde el oficio los une y potencia, como un todo superior a la suma de las partes.
En la antesala de la galería nos recibe una obra especialmente comisionada para la muestra. Esta video performance de Lucila Inés es manifiesto de generación condicionada. A través de ella, la artista que se define cantautora, nos sugiere un posible recorrido … “visibilizar lo invisible, fundirnos energéticamente con el entorno…”

Todavía en el hall, insignias marítimas, deriva. Guiños a su propia obra nos anuncian que Carlos Segovia invade el patio de la Galería Gachi Prieto con grandes banderas de mar. Su trabajo habita los límites de lo natural, las intervenciones humanas y sus visiones sobre ese territorio. Deriva. Mar. Ciudad. Y esa zona liminar entre ellas… “encuentros a veces armoniosos y otras veces disonantes, interferencias, solapamientos y distorsiones” recorren transversalmente su obra.
Juan Jiant busca en su subconsciente pistas para entender el ser. Su “producción está ligada a la relación que tenemos como humanos con la naturaleza, y el contraste de la desnaturalización de las metrópolis, contrapuesta con la armonía de la naturaleza salvaje”. Sus piezas en 3D, ubicadas centralmente en la sala, materializan esta contradicción. “En algún punto, en este momento de la big data y la hiper contaminación informática, en donde la carne y la mente están ponderadas por algoritmos, una luz deja un eco ruidoso, de un color extranjero. Ahí busco momentos, pedazos de mi subconsciente, como pistas para llegar a entender el ser. Soy un robot blando, dependo de una fe que podría deconstruirse.”

¿Cuántas bocas de tormentas alimentan a un arroyo entubado? la obra de Noelia Toscano se hace esta pregunta y 600 cm de sus registros en látex caen como un curso de agua desde el fondo de la sala. Los materiales reflejan una pesquisa. La obra gestada en la investigación y el proceso despliega referencias visuales sobre el Arroyo Maldonado de una manera particular y social. “Las aguas territoriales son un elemento importante en mi trabajo, como límites, cuerpos que se mezclan y comparten políticas.”
Las fotografías digitales de Natheim surgen de la experimentación poética. La artista pone en duda todo lo dado. ¿Qué probabilidad hay de que algo sea como creemos que es? “Y si la “H” no fuera muda, y si el hielo no fuera frío, ¿y si vos no fueras vos? Un goteo de preguntas existenciales se abre camino entre imagen e imagen”.
Casi como en una categorización taxonómica del comportamiento social, Melina Lo Bue despliega una biociudad vegetal en grafito sobre papel … “el relato descriptivo de ciertas especies botánicas que luego no conservan su taxonomía”. Estos seres, trabajados con una delicadeza sublime, buscan salir a una tercera dimensión y la artista los acompaña. “Me interesa esa comunión, los intersticios entre el origen, la transformación y la muerte, es decir el ciclo de la vida”
Un lienzo cayendo de la pared interrumpe el paso… es que a Felicitas Faur le entusiasma la incomodidad y es en ese sentido que la relación forma- contenido en su obra se percibe equilibrada. Sus piezas, “románticas empedernidas de algo que sucedió hace un par de horas atrás, comparten una suerte de esperanza cínica detenida en el finito presente”.
Agustina Puricelli trabaja en el error como deseo. Su interés por la fotografía reside en la exploración de sus límites, y la manipulación de la realidad. “Me entrometo en los procesos químicos, busco el error a priori como eje central de mi trabajo, me apropio de -el error- para que en él se asome una realidad subyacente, donde habita el caos, la descomposición y la pérdida de los registros.”
“Las formas iban apareciendo producto de la acumulación de momentos sentada en una silla, estática”. En la obra de Tamara Conforti, el dibujo- registro surge aleatoriamente, a partir del automatismo gráfico, lo que pasa en esos momentos en que no pasa nada.
La obra Piel, de Natalia Villagra, despliega registros de la suya sobre latex. Es que a través de su obra, la artista explora “las capas ocultas y marginales del concepto de identidad”.
Camila Cáceres, construye su imaginario sobre el lienzo, mientras nos deja una forma a descifrar. Erotismo. Abstracción. Deseo. “Habitar entre lo grande y lo chico, lo suave y lo áspero, lo erótico y lo descarnado, lo ordinario y lo extraño”.
