Desde el 22 de cotubre la artista Adriana Zapisek presenta su serie de pinturas en la muestra "Juegos de Mentes" en el Círculo de Bellas Artes, Sala Antonio Palacios, Madrid, España.
Los juegos mentales y plásticos de Adriana Zapisek
La expresión plástica de la artista argentina Adriana Zapisek festeja su trigésimo aniversario con una muestra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid epigrafiada “Juego de mentes” compuesta por pinturas de las series “Luces del Mediterráneo” y “Leyendas polacas”.
Zapisek, que se manifiesta a través de torbellinos formales y cromáticos que se enroscan y se expanden como si fueron elementos vivos, ha realizado en las tres últimas décadas un sinfín de series tituladas “Traslaciones”, “Óperas”, “Vuelos”, “Miradas de Dios” o “Máscaras”, entre otras, que siempre respondían a situaciones personales marcadas por el geometrismo al que se ha mantenido fiel desde sus inicios y una vinculación con el magisterio de los creadores argentinos del Arte Generativo.
Entre las obras que pertenecen a la serie “Luces del Mediterráneo” hay un par de cuadros muy destacables que responden a los títulos de “Caracola I” y “Caracola II” que mantienen una especial vinculación con acontecimientos de la esfera privada de la artista y que se nutren, además de su valoración pictórica, de un profundo sentido emocional.
Con “Leyendas polacas” Zapisek aparte de homenajear a su progenitor, que nunca pudo regresar a su país desde que lo abandonó, se ha inspirado en los poemas de “Amor a primera vista” de la premio Nobel Wislawa Szymbrowska en los que con esas espirales que confluyen lo mismo habla de la fertilidad que puede conseguir ese enamoramiento como de la desgracia que puede contraerse cuando los sueños se superponen a la reflexiva realidad.
En “Juego de mentes” podríamos alcanzar una múltiple hermenéutica psicoanalítica a la hora de valorar las figuras geométricas que pueblan estos cuadros que a veces parecen danzarinas conformaciones pictóricas y otras como si el mar fuese una tarde con campanas porque en su ir y venir puede haber rugido furioso o susurro silencioso en la trasposición de los ritmos y las formas envolventes que aspiran a protegernos o a conquistarnos.-
Carlos GARCIA-OSUNA. Escritor, periodista y crítico de Arte
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Círculo de Bellas Artes, Sala Antonio Palacios, Madrid - Calle Alcalá 42
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