
Inauguración: jueves 25 de julio a las 19 hs.
Bienvenidos a Caisamar, la muestra de Pitucardi, es como un rompecabezas húmedo: las piezas no encajan del todo. Pero lejos de añorar el sentido de la totalidad, asistimos con emoción a la celebración del fragmento. ¿Cuáles son los restos fósiles de la propia historia? ¿Dónde hunde sus raíces esto que creemos ser? Los recuerdos de la infancia asoman como un pasado pre-histórico que se actualiza en el presente de manera deforme.
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Pitucardi nace bajo el nombre de Pablo David Sanchez el 17 de Marzo de 1983 en la ciudad de Mar del Plata. Es artista plástico, músico, autor e ilustrador de libros infantiles. Coordinó durante varios años el taller de plástica para adultos-niños “gato imán”.
Titulado como Profesor de Artes Plásticas en la Facultad de Bellas Artes de La Plata. Como autor tiene dos libros publicados: “Dentro de la caja” editado en 2006 por Norma editora (Colombia). Escrito e ilustrado en co-autoría con Paula Giorgi, fue ganador del premio accésit Norma-Fundalectura 2006 y seleccionado en el 2008 por el premio de SEP (México). El segundo, “gatoniño”, del cual es autor e ilustrador, fue editado en 2012 en Portugués por Editorial Aletria (Minas Gerais) con el título “Menino gato” y espera editor en español.
Como músico desarrolló desde el 2005 hasta el 2010 el trío de música y teatro “Ruloman” y la banda de rock “di hombrecit”. Actualmente trabaja intermitentemente en su proyecto personal.
Como artista visual mostró su obra en La Plata y Río de Janeiro. En el 2012 pasa a ser artista de la galería Carmen Sandiego (C.A.B.A.), donde participó de la muestra “mundo papel” y “colectiva 2” y actualmente prepara su muestra individual.
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La obra de David Pitucardi indaga en un universo íntimo y privado. En un intento por congelar el fluir del pensamiento, recuerdos y emociones aparecen bajo la forma del fragmento. Son imágenes atomizadas de una narración en suspenso, que emergen de la oscuridad para detenerse en un tiempo inmóvil.
Sobre un fondo negro homogéneo, la economía de la línea simula una aparente simpleza. La palabra se divide, juega con su forma, se vuelve extraña, ajena. Las más diversas impresiones, se ocultan, se fragmentan, se depuran en la repetición. Devienen estereotipos, imágenes icónicas, comportamientos estandarizados. Adquieren el status de entidades autónomas, o establecen redes, mapas mentales trazando relaciones posibles.
Todo muta, se intercambia, se resignifica en múltiples asociaciones. Diversas pistas se dispersan en la búsqueda de una totalidad imposible de restituir. Fórmulas, equivalencias, citas, signos reclaman ser decodificados. Es la huella, la marca de un presente habitado por el pasado. La nostalgia que se resiste a desaparecer.
Habitando la tensión entre lo que se muestra y se oculta, la memoria emerge continuamente recreada. Arbitraria, ficcional, nunca completamente real, siempre verdadera.
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Entrevista a David Pitucardi
Por Magdalena Mastromarino
¿Cómo empezó tu vínculo con el arte?
Desde chico dibujo. Como todos los chicos. Pasaba mucho tiempo dibujando. Horas. Me acuerdo por ejemplo que venía un amigo a casa y nos pasarnos dibujando. Mis viejos me traían los blocks de las impresoras antiguas y los dibujaba. Me acuerdo mucho de dibujar dinosaurios. Dibujos animados, casas que veía en la tele.
¿Y después de más grande que forma fue tomando?
Después me empecé a relacionar más con la historieta, el dibujo animado. Me gustaba mucho ese lenguaje. Pero no lo pensaba como “Arte”.
Me gustaba ese lenguaje más popular. No tenía tanto el estímulo del arte. Después cuando tuve que estudiar una carrera claramente lo único que me interesaba era eso, a lo sumo música. Entré en Bellas Artes pensando en estudiar ilustración, dibujo, y al final me termine enganchando con la pintura. Ahí si empecé a tener otros estímulos. Y empecé a entender que lo mío podía estar en otro lugar. Incluso una historieta puede ser una obra.
Mientras estaba estudiando pintura publique un libro para chicos. Me veía más en ese mundo que en el mundo de las galerías. Me llevo mucho tiempo pensarlo de otra manera.
¿Y hoy que estas en una galería, que cambio?
Es distinto. Estoy tratando de integrar las partes. Siempre pensé que por un lado me gustaba hacer historietas, que por un lado era ilustrador, que por un lado era músico. Y ahora estoy tratando de renegar de las partes.
Para mí lo importante es poder integrarlo orgánicamente. Con el cuerpo y con mi vida. Por más de que a mí me gustaban muchos artistas que fueran multidisciplinarios en mi vida me ha generado conflictos, en el sentido de sentir que le estaba dando mucha energía a algo y no le estaba dedicando tiempo a otra cosa. Igualmente estoy más amigado con ese proceso.
¿Encontrase un hilo conductor entre todas estas expresiones?
Sí, siempre pensé que era el relato. Me gusta contar historias.
¿Podrías hacerme un racconto cronológica de tu obra?
Es difícil definir cuándo empieza mi obra. Lo primero que hice ya más consiente fue a los 10 años, dibujaba unos cuadernos con unos personajes. Había una historia y le hablaba a un supuesto lector. Cuando estaba en la facultad me di cuenta que me gustaba mucho el formato del libro de artista. Me atrae esa intimidad del libro. Abrir un espacio y meterse. Eso me atrae siempre en una obra. El tema de las puertas y las ventanas.
Luego hice unas obras que eran sobre unas cajas de ravioles, ordenadas en una mesa. Con fragmentos de historias, unas se contaban en una caja otras se contaban a lo largo en varias cajas.
También trabajaba con tarjetas, papeles, elementos desechables. Me interesa la imagen residual. Los afiches que ves en la calle, una calcomanía, los papeles que ya están impresos, me gustaba dibujar sobre eso. Ahí había historias y una intimidad un espacio para abrir.
Es interesante que utilizaras un soporte anterior y no empezar desde cero. Porque sentías esa necesidad.
A veces la libertad me abruma. Cuando veo un soporte funciona como un disparador. En una limitación o disparador. Por ejemplo veo una hoja de libro y pienso sobre esto haría una mancha negra y sobre eso trabajara. Hay otras posibilidades claro, hay varias.
¿Te da algunas pautas?
Tiene un color, un cierto desgaste y eso me sugiere algo. Cuando trabajaba sobre las cajas de ravioles, me sugieren cosas los soportes. Tal vez en un sistema para poder decidir.
Vos trabajas sobre algo que ya se decidió.
Sí. Después de las cajas, me pensé más como ilustrador. Siempre te acompaño la práctica del dibujo y tal vez por eso no lo viste como una obra aislada. Siempre dibuje. Al ser algo tan cotidiano me llevo tiempo verlo como obra.
¿Te da una distancia trabajar otros soportes?
Si tal vez en un refugio. Tal vez tiene que ver con un miedo a mostrarse uno. Distancia y resguardo. Es como compartir responsabilidad con otro. En esto de mostrar y no mostrar.
Después seguí trabajando en cuadernos. También cuadros donde aparecía esta cuestión de un plano dividido en cuadrados más pequeños contando diferentes. Más pesado a nivel formal, con más color.
Después en el 2002 me fui a Brasil. Fue un viaje intenso. Estuve viviendo muy despojado, con pocas cosas, sin luz, sin agua, también sin muchas preocupaciones. Pero tenía a mi disposición pinturas, pinceles cartones, cosas que funcionaban como soporte. Fue una situación muy propicia. En ese momento necesitaba ganar algo de plata. Y me puse a pintar pensando en eso, y fue muy liberador aunque parezca mentira. A nivel visual sobre todo. Hacía lo que quería sin preocuparme por lo que quería decir. Ahí me doy cuenta que mis dibujos podían ser obras.
Dibujaba sobre hojas de libros y después las montaba sobre cuadros.
¿Y en cuanto a la temática?
Y siempre ligado a la narración.
Vos te imaginas el contexto de esa situación que presentas.
Generalmente si, otras veces no simplemente es un fragmento y me gusta no saber que paso antes y que paso después. Me gusta imaginarme que son capturas de pantallas de una película.
Luego entre a la galería. La primera muestra “Mundo papel”. Éramos 3 tres artistas, Yo presente una serie que se llama mística simple. Trabaje mucha encomia, recuadros pequeños un personaje o un objeto con mucha economía de línea y una palabra abajo.
¿Y esta muestra?
Tiene mucho de lo que venía trabajando. El dibujo la palabra. Hay dibujos que podrían ser un fragmento de estos cuadros.
Si pero acá conviven. Hay una idea de sincronía.
El tiempo es un elemento importante. La intención es mostrar un proceso de pensamiento. Cómo funcionan los recuerdos. Mapas mentales. Donde convive lo onírico, el sueño. No solo lo racional, lo inconsciente. Personas de la infancia se confunden con personas de la actualidad. Entidades equivalentes.
Palabras, títulos de canciones, todo se relaciona generando un relato algo más caótico. Tal vez más críptico. Para mí todo tiene sentido. No se cómo el espectador relaciona estos elementos.
Tal vez hay una idea que se transforma mas como un signo. ¿Hasta qué punto esa imagen que a vos te llega como un recuerdo, un pensamiento, no se va cada vez alejando más de esa fuente, despojando, y se vuelve casi como un sigo formal que empieza a jugar en otro tipo de relaciones?
Eso es lo mejor quiere pasar.
Si me interesa también la forma de la palabra. Las divido por cantidad de letras y eso genera otras. Romper la forma de la palabra hace que cueste entenderla. Genera un extrañamiento el que este dividida de esa manera. Empieza a ser formal. Empiezan a pasar otras cosas con ellas. Adquiere otro sentido.
Resulta interesante que si la imagen se origina en un recuerdo, un pensamiento, algo que tiene una carga emocional, no sigue ese camino expresivo, se preste a un proceso en donde cada vez se va alejando más de esa expresión que le dio lugar. Se vuelve objeto, se distancia, se pierde la subjetividad.
Resulta interesante, sobre todo sabiendo que hay muchas referencias a tu vida.
Si ahora ya no estoy pensando, este el dibujo que cuando yo era chico. Ya es parte de la obra. Perdió carga emotiva, es un símbolo, igual creo que los símbolos conservan ese poder.
Con la repetición las imágenes ganan sentido, se inscriben en un campo de relaciones.
¿Cómo surgió esta idea del fondo negro?
Siempre me paso que me gusta más empezar de un fondo de color que de blanco. En esta serie empecé a bocetar en la computadora. En la compu el color se destaca más. Así que viene de ahí. Luego una amiga me dijo que le recordaba a la estética ocho bits. Es una estética que desde mi infancia la absorbí, siempre me parecieron bellas las pantallas de los videojuegos. Creo que hay un poco de eso acá.
¿La serie agujeros negros también?
Son ventanas, y también son tapas, o una historia dentro de otra historia. A veces dejo el número. El número me resulta muy fuerte. Alguna relación con el soporte mantengo. Sirve como disparador.
Volviendo a la muestra el título es Caisamar.
Por un lado pienso que esta muestra es un recorte de un momento. Yo lo que hice fue dibujar una noche en un lapso de varias horas. Dibuje lo más rápido que podía obsesiones y recuerdos, un flujo de pensamientos que me llevo a lugares bastante profundos. Aparecieron muchas cosas de mi infancia. Así construí un cuerpo de imágenes que son como tarjetas, son cartas. Elegí al azar algunas de ellas, barajo esas cartas elijo ocho y decido como componerlas en una imagen más grande. Algunas de las imagen son descartadas, y fui generando relaciones. Cada uno de esos símbolos adquiere sentido porque están al lado de otros símbolos. Adquieren poder. Son como las letras que arman una palabra, arman un relato. Así nació la muestra. También lo pensé como que son formulas algo matemático.
Pareciera igualmente haber un resto con ese primer origen emotivo
Elegí tomar elementos y empezar a repetirlos, combinarlos. Hay una obra que es más troncal, con elementos que luego se desarrollan en otras obras.
Los recuerdos, como un resginifica. Todo va mutando. Incluso nuestros recuerdos van cambiando. También en distintos momentos de nuestra vida nos sentimos cerca de etapas que pueden estar muy lejos.
¿Lo relacionas con algo del presente?
Si tiene que ver. Es como en la historia del arte como en ciertas épocas se revisitan ciertos momentos. Algo así también me pasa.
Hay una frase The Past Inside The Present, el pasado dentro del presente. En la cabeza de uno no hay diferencia, entre figuras del pasado, del presente, sueños, ficción todo tiene el mismo poder. No existe el tiempo. Hay un sistema de relaciones. Un mapa, una red. Toda ficción es real o toda realidad es ficcional, todo tiene el mismo carácter.