Curada por Rodrigo Alonso, la muestra exhibe un repertorio seleccionado de obras de Miguel Caride (1920-2010) que van desde sus pinturas geométricas del 60 hasta una serie dibujos que corresponden a su último período.

A consideración del curador: El universo visual de Miguel Caride es, sin lugar adudas, uno de los más complejos, enigmáticos y únicos de la historia del arte argentino.

Enrolado en el surrealismo, Caride supo crear una imaginería propia que lo identifica. Un mundo donde participa la fantasmagoría y lo maravilloso. Su obra se puede dividir en tres grandes períodos: realismo mágico, surrealismo y una tercera etapa abstracta en la que las formas geométricas siguen manteniendo el mismo tono misterioso y metafísico que invade todos sus trabajos.

De este último periodo, son las pinturas expuestas en Maman Fine Art. A finales de los años sesenta, Caride representó figuras de orden geométrico ejecutadas a través de distintas gradaciones de color. Estas formas levitan en el espacio y parecen revelar su sacralidad totémica.

Además, la muestra cuenta con obras inéditas; técnicas mixtas y dibujos que ponen en evidencia las continuas búsquedas y experimentaciones técnicas del artista a lo largo de su trayectoria.

En los dibujos se destaca el virtuosismo del artista que desarrolla una gran plasticidad en el manejo de la línea. La mayoría de estos trabajos se exhiben por primera vez. Fueron ejecutados a mano alzada y sin boceto previo, dando forma a un nutrido conjunto de seres y personajes imaginarios. En las década del ochenta Caride empieza a componer sus “pinturas escondidas”, técnicas mixtas donde aparece también el dibujo minucioso pero esta vez animado por color.

En la misma década desarrolla una serie de dibujos monocromos de gran formato que giran en torno a la representación seriada de un mismo rostro. Tal es el caso de su autorretrato: sobre una misma hoja de papel, Caride dibujó su propio rostro y lo repitió 9 veces de forma idéntica. Este ejercicio simula la repetición serigráfica pero es el resultado de una labor paciente y obsesiva.

Caride fue convocado para participar de dos muestras emblemáticas sobre surrealismo en la década del 60: laExposición Internacional de Phasesen el Museo de Bellas Artes organizada por el poeta Julio Llinás yEl surrealismo en la Argentinaen el Instituto Di Tella impulsada por Aldo Pellegrini. Desde su primera muestra de 1962 en galería Rubio, pasando por la retrospectiva de 1972 en el Museo de Arte Moderno, Caride no dejado de maravillar la visión de aquellos que creen haberlo visto todo.