Vigil Gonzales
Av. Roque Sáenz Peña 628, piso 4
CABA

Sobre la exhibición
Ardor perla propone una hipótesis improbable: que el gas lacrimógeno pueda inducir alucinaciones. A partir de fragmentos médicos, testimonios y documentos dispersos, la exhibición construye un archivo poético donde la visión herida deviene producción de imágenes. Pinturas y relatos entrelazados evocan cuerpos lastimados, nubes químicas y ojos convertidos en superficies de inscripción. Más que una afirmación científica, se trata de un dispositivo artístico que revela cómo, en situaciones extremas, la percepción se desborda hacia el delirio, y cómo en esos desvíos se abre la posibilidad de reinscribir la memoria y repensar la distancia entre violencia, exilio y mirada crítica.
Texto de sala
No existe ningún paper científico que asegure que el gas lacrimógeno induce alucinaciones, pero la serie aquí reunida se articula en torno a esa hipótesis improbable, construida a partir de la colisión de documentos médicos, investigaciones experimentales y estudios aislados sobre la fisiología ocular. Una de las operaciones centrales de este proyecto consistió precisamente en hacer convivir esos fragmentos de conocimiento inconexos, desbordar el ámbito estrictamente científico y someterlos a una lectura plástica y poética, hasta que de esa trama dispersa emergiera una narrativa posible. Los testimonios —recogidos, reescritos y situados en un umbral ambiguo entre la oralidad y la literatura— funcionan como contra-documentos: relatos de visiones, descripciones entrecortadas de cuerpos heridos, voces que, al intentar responder a la pregunta "¿qué viste?", revelan la inestabilidad de la percepción en situaciones extremas. Este archivo verbal se cruza con dos pinturas que retoman la imagen de la nube química —el gas lacrimógeno, en tanto cortina y espectro— y con cinco obras que fijan la superficie del ojo lastimado como campo de inscripción. La pintura se vuelve entonces una forma de darle volumen a lo indescriptible: huellas de dolor, laceraciones delirantes, manchas que desdibujan los límites territoriales del relato.
La hipótesis de las alucinaciones inducidas por la exposición prolongada al gas lacrimógeno no se presenta aquí como afirmación científica, sino como dispositivo artístico para interrogar los modos en que la visión, herida, se transforma en producción de imágenes. En ese tránsito, el límite entre percepción y delirio se diluye, revelando cómo toda experiencia ocular extrema es también una experiencia narrativa.
Estas obras no sólo se despliegan en el terreno de la fisiología y la violencia política, sino que abren además un espacio de reflexión sobre el exilio y la distancia histórica y geográfica respecto de los acontecimientos. El punto de vista que se construye es el de una mirada desplazada: una visión que distorsiona el foco y se sabe poco confiable, pero que, justamente por eso, se vuelve rica en potencia crítica. La imposibilidad de escribir la historia "objetivamente" aparece así no como carencia, sino como posibilidad: un modo de reinscribir la memoria desde sus desvíos, desde lo que queda en los bordes de la visión y en las grietas de la experiencia.
Por Germán Sandoval
Ardor perla, exhibición individual de Germán Sandoval se podrá visitar desde el viernes 26 de septiembre hasta el viernes 31 de octubre de 2025 en VIGILGONZALES, Av. Roque Sáenz Peña 628, piso 4. CABA.
Horarios de visita: Miércoles a viernes de 3 a 7 pm
Entrada libre y gratuita