El jueves 11 de agosto se inauguró en ODA Oficinas de Arte la muestra Pensamiento Situado, Reinvención, modos y artilugios del olvido. Con curaduría de Daniel Fischer, la muestra colectiva reúne 6 trabajos de las artistas argentinas Andrea Juan, Fabiana Barreda, Gabriela Golder, Julia Romano, Matilde Marín y Teresa Pereda. La exposición presenta un conjunto de obras que ponen de manifiesto la doble cara del acto selectivo, qué permanece y qué se excluye en la perspectiva parcial.

Texto del curador:

Ningún conocimiento está desligado de su contexto o tiempo histórico, del interés dominante, y la subjetividad de quién o quiénes lo emiten y/o receptan. De estos tres “ideales” depende nuestro factor libertario. De la insistencia o resistencia de los artistas depende nuestro legado. 

La idea de que la “naturaleza” no se descubre, sino que se construye entre otros, otras y nosotros, es un concepto central dentro de la ciencia de las últimas décadas. Pero también como sabemos un ideal colectivo es un espacio que pueden sitiar, dejar excluidas y pulverizar infinitas ideas o propuestas que, por el modo, las épocas o miradas en que fueron formadas, no lograron o logran alcanzar una voz dentro de otras dominantes. Así, 6 trabajos de artistas argentinas emblemáticas, se presentan y se dan lugar en la galería Oda. Obras paradigmáticas que de algún modo fueron “re-legadas” y que podríamos pensarlas dentro de una cierta “objetividad radical”, y un pensamiento situado -1988 Donna Haraway.

Sin querer estas obras han experimentado una particular exclusión o relego que les permitió asumir una parcialidad y una validez singular desde el punto de vista de quién y cuándo se produjo. Estas piezas más allá de no haber alcanzado o instituido una notable visibilidad para los deseos, miradas o problemáticas hegemónicas del momento creado, trasuntaron y están aquí en la contemporaneidad con un statu quo triunfal y con cierto valor ético que fundada reinventa nuevas libertades en el arte, nuevos modos y artilugios para escapar del olvido, gracias a su propia dimensión y condición creada.

Daniel Fischer