Nota publicada online

martes 2 de septiembre, 2014
Alejandra Seeber
Un mundo a cuestas en formato portátil
por Ana Martínez Quijano
Alejandra Seeber

El conjunto de obras revela un estilo sostenido en el tiempo. “Casa filosofía (metafísico)” se remonta al año 1999 y se exponen varias de la última década.

Artista internacional por excelencia, Seeber, si bien está radicada en Nueva York desde hace años, nunca dejó de exponer en la Argentina y en varias ciudades de Europa. Pero más allá de sus exhibiciones cuenta su deseo de ver y entender el arte que se produce en el mundo y su capacidad para transportar sus conocimientos a la obra. Sus festines son las bienales y las giras por los museos y galerías. No es de extrañar entonces que para presentar sus cuadros eligiera enfrentar los interrogantes que plantea el teórico y curador francés Georges Didi-Huberman: “¿Cómo llevar el mundo a cuestas? ¿Cómo almacenar el mundo? ¿Cómo condensarlo en un formato ‘portátil’? ¿Cómo sobrellevar la carga simbólica de la cantidad de imágenes que, día tras día, absorbemos?”. 

Una vez elegido el rumbo de su muestra y desdeñada la típica secuencia cronológica, Seeber eligió el modelo que analiza Didi-Huberman, el del “Atlas Mnemosyne” del historiador del arte alemán Aby Warburg, quien rescata la memoria de las imágenes y las oscilaciones propias de la creación artística, que se desplazan “entre la fantasía vibrante y la razón apaciguadora”. Nuestra artista tuvo que adaptar el modelo a sus propias necesidades, obviamente, aunque apeló al pensamiento de Warburg  en cuanto a la organización y la interpretación de sus propias imágenes en el espacio de las dos salita de Miau Miau con la trastienda incluida.

Para llevar “el mundo a cuestas” Seeber propone un montaje variable de su propia exposición. Primero colgó las pinturas ella misma a su gusto y parecer. En esta instancia marcó sobre la pared el contorno de sus cuadros con una línea de tinta negra que perdurará imborrable hasta el fin de la muestra. Luego invitó a la directora de la Universidad Di Tella, Inés Katzenstein, a su anterior galerista, Horacio Dabbah, a la curadora Sonia Becce y al público en general, a descolgar lo que estaba expuesto y a revolver la trastienda donde hay unas cuantas pinturas, para diseñar con las nuevas obras un montaje de su elección.  

De este modo las obras fueron rotando durante el período de exhibición de una muestra que terminará semejándose a una exposición antológica.

En las paredes de las salas se divisan las líneas negras del montaje original. Son apenas unas líneas pero su presencia resulta tan poderosa como la de las pinturas. Los rectángulos y cuadrados vacíos o cubiertos en parte por otras pinturas, se vislumbran como un firme testimonio dejado por la artista. Las líneas se leen como un mensaje y se perciben como el devenir del tiempo porque, sencillamente, marcan el inicio de la exhibición que deberá atravesar sus etapas antes de su culminación. Por lo demás, el paso del tiempo es una presencia que se acentúa en una de las últimas pinturas de Seeber: “Link”, donde el gesto suelto de su pincelada atraviesa un círculo tan veloz como el viento.

“Cuadro por cuadro” es una muestra que sacude la memoria del espectador con rastros de formas y colores que pertenecen a las imágenes que guarda Seeber en su memoria. Es algo absolutamente diferente de la cita, la apropiación o la copia lisa y llana de la obra ajena. Es otra cosa, es la expresión del arte como un reflejo del cuerpo en el acto preciso de pintar. Estas personalísimas pinturas traen el recuerdo de las imágenes del arte moderno, el expresionismo abstracto o los patrones decorativos de los prerrafaelitas. El universo que devoraron los ojos reverbera en las telas que concentran la fórmula que propiciaba Warburg: “la forma visual del saber y la forma sabia del ver”.

La pintura de Seeber no es decididamente abstracta ni tampoco figurativa. En la muestra hay un mapa y varios interiores pintados con la ambigüedad que la caracteriza, además de una nueva serie muy definida y dedicada a los patrones decorativos.

 

Link

óleo sobre tela - 138 x 170 cm, 2014

Flower Pattern con red

óleo sobre tela - 50 x 60 cm, 2014

   

La nueva producción, decididamente ornamental y pintada sobre telas estampadas, pone en evidencia a través de los colores restallantes de las flores y de las formas reiteradas de unas hojas negras, el placer que depara la belleza. Seeber rescata una belleza ornamental heredada de  los artistas prerrafaelitas que, a fines del siglo XIX y principios del XX, superaron la especificidad de la pintura y ampliaron el campo del arte a las cerámicas, muebles y otros objetos de la vida cotidiana.  De hecho, los “patrones” de Seeber evocan los del británico William Morris, quien a su vez se inspiró en el quehacer manual de la edad media como un modo de rechazo a la revolución industrial.

La complejidad de la muestra se aclara al ingresar en el mundo de las imágenes que conforman la historia del arte moderno y al conocer las teorías de Didi-Huberman enunciadas en el catálogo por Aimé Iglesias Lukin. Recién entonces las obras y los procedimientos de exhibición de la artista adquieren su verdadera significación.  

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