Raquel Bigio
"Fútbol como expresión artística" Fotografías
02/07/2018 - 16/07/2018

Fundación Beethoven

Av. Santa Fe 1452, CABA

T. 4811- 3971 / 4816-3224

Raquel Bigio

“Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad” 

 Eduardo Galeano

Raquel Bigio nos sorprende en esta serie donde deja atrás el aura metafísica de sus imágenes urbanas para recortar con su mirada otra fracción de la urbe: fragmentos del fútbol, pasión popular.

Logra construir imágenes con arte pictórico y nos coloca frente a  una ambigüedad donde no está claro lo que vemos, ¿frente a qué objeto / arte estamos? No solo en su  forma semántica, sino a la subjetividad de la artista puesta en el nombre de la serie: Fútbol como expresión artística.

Si intentamos definir ¿qué es el arte? o ¿cuáles son sus objetos? Encontraremos una pluralidad de respuestas y no es nuestra tarea hoy; pero Raquel Bigio con gran maestría y trayectoria que la avalan, toma  la idea de que “el arte es una forma de vida”, y es allí donde radica  la clave para percibir lo que nos propone.

Utilizando la toma directa pero a la vez alejándose de la mimesis mecánica de la misma, Raquel Bigio nos presenta en su serie este contraste entre la fotografía documental donde pareciera reportar una realidad objetiva pero a la vez nos descoloca con la subjetividad  con que  ha dotado a  sus imágenes.

Así como el carasucia  de Eduardo Galeano se sale del libreto por el puro goce del cuerpo, la artista se lanza por el puro goce de captar esa libertad. Y  ese recorte de realidad captada  con la cámara y  los filtros,  es  la trasposición de la realidad  artística del fútbol que nos hace mirar.

Nos invito a lanzarnos en esta experiencia que nos brinda  la artista como extensión de su visión, una forma de vida, una forma de arte: el futbol!

Vanesa Catellani, Junio 2018