Notas Artistas

Los paisajes interiores- exteriores de Isabel de Laborde
por Luis Felipe Noé

Prólogo para la exposición “Paisajes del Silencio” en el Museo del Chopo, México D.F., año 1994 y en el Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, año 1995.

En el lenguaje de la pintura nada es en sí mismo. Una línea más delgada lo es porque hay otra más gruesa que la califica como tal. De lo contrario sería simplemente una línea. Un determinado verde puede ser un amarillo en relación a un azul. De la misma manera lo gráfico (precisión de conceptos visuales) llama la atención sobre lo plástico (imprecisión voluntaria en búsqueda de una globalidad sensorial). Dialécticamente se potencian.
Así Isabel de Laborde jugando con la materia, el contraste blanco y negro va planteando un paisaje de resonancia plenamente subjetiva pero que tiene su punto de partida en un paisaje patagónico que ella conoce muy bien. Si bien ella es mexicana, su aporte a la joven pintura del país donde vive –Argentina- es a mi ver uno de los más originales por su doble juego entre el dibujo y la pintura, la abstracción y la figuración paisajista, lo interior y lo exterior; categorías éstas que interactúan produciendo en su obra un particular e intenso lirismo.
Tal vez por su romanticismo implícito la definición del fenómeno llamado arte de Coleridge (que yo ya he hecho mío) se adecúa muy bien a su obra. Según él, tal fenómeno consiste en convertir a la naturaleza en pensamiento y al pensamiento en naturaleza, a lo interior en exterior y a lo exterior en interior. Por eso tal vez, luego de ver sus últimas obras, le pregunté: “¿Has visto las aguadas y tintas de Víctor Hugo?”. Y me dijo: “No, ¿Por qué?” y yo le respondí: “Porque a partir de la línea Hugo se encuentra con lo plástico, con la mancha, en un paisaje de ensoñación. A mí me encantan y en tu pintura siento una sensibilidad que se aproxima al dato objetivo del paisaje pero con un pensamiento profundamente plástico.”
La mancha y el trazo se van definiendo en la marcha de una sensibilidad con los ojos abiertos y esto se percibe en la obra de Isabel. El método de Víctor Hugo.