2015. Naturaleza Fragmentada.
Museo Provincial de Bellas Artes de Resistencia

(Des)naturalizar la mirada.

Arte y naturaleza en la obra de Beatriz Moreiro

Por Mariana Giordano

La naturaleza fue uno de los objetos y objetivos iconográficos privilegiados en la representación artística a lo largo de la historia. Más allá de-la hoy ya tradicional-alusión a los románticos y su afición por la naturaleza, ha sido y es una problemática recurrente y singular capaz de generar un sinfín de interrogantes y múltiples aristas de interpretación.

Sin embargo Beatriz Moreiro no sólo ha elegido representar a lo largo de su producción a la naturaleza, sino que la ha concebido en sí misma como arte, lo cual supone un concepto y un tratamiento diferente de la misma. En cada huella, rastro o fragmento de la naturaleza, y a lo largo de las diversas series que ha transitado desde la década de 1990, Moreiro ha revelado una mirada inquisidora y microdirigida, que la lleva a indagar, reflexionar y recrear indicios de la naturaleza. Ello supuso, según los momentos de su producción, acciones de rescate, revalorización y apropiación, alejadas de la mera ̈representación ̈ que supondría ̈poner en escena ̈la naturaleza. Por lo contrario la artista se adentra en el carácter de belleza de la naturaleza, acentuando su identificación como arte.

Esta exposición comienza cronológicamente con obras previas a una de sus grandes series, Memoria de América (1998). Tanto en algunas obras anteriores como en las inscritas en esta serie, el juego entre un manejo de la gráfica clásica y la experimental, interviniendo las chapas, nos confronta con un concepto contemporáneo de la gráfica. El uso de soportes no convencionales, la indagación en el ámbito del libro de artista, la apropiación de nidos y tacurúes, la construcción de fardos con ramas, hojas, etc, la presentación taxonómica de insectos, no sólo reflejan la relación de la artista con la naturaleza que la rodea, sino también las diversas capas de la mirada que construye y los diversos modos de apropiarse y exponer ese arte, que es la naturaleza. Esas diversas capas de la mirada se advierten tanto en los grabados de la primera década del siglo XXI, como también en sus dibujos y en las obras más recientes, muchas de las cuales fueron merecedoras de grandes premios y distinciones: el Primer Premio de Grabado Máximo Ramos en Ferrol, España (2007), el Primer Premio del Salón Nacional de Grabado (2013) y el Gran Premio de Honor del Salón Nacional de Grabado (2014) , ambos en Argentina.

En cada una de sus apuestas, Moreiro vuelve una y otra vez a (re)descubrir(nos) el monte chaqueño. Este escenario y su atmósfera distintiva se revela y oculta en la confluencias de miradas que la artista construye, despliega y repliega como una naturaleza paralela. Sin dudas, una provocación a nuestra mundana y cotidiana mirada.