Notas Artistas

Ahora el vino
Civilización y Barbarie / Conflictos y armonías en la cultura contemporánea
por Cristina Civale

No hagan relaciones raras con los resultados de las elecciones de ayer en la CABA y este salto de tema, pero necesitaba saltar de tema para no volver a decir como hace 10 años, en pleno menemismo: “la patria es mi cuerpo”. Bien, lo dije, lo acabo de escribir y aunque lo piense sólo lo cuento, no lo someto a debate, es una suerte de enlace para pasar al tema siguiente y no hacerme la tonta con los post de la semana pasada. En fin, a lo próximo. Esto: ahora, el vino.
Llega a Buenos Aires un nuevo espacio de arte. Será dirigido por Jorge Martorell un artista que viene usando vino tinto para realizar sus pinturas, o debería decir “vintura” y que acaba de llegar de exponer en Paris en el Palais de Tokyo, el museo de arte contemp0ráneo de la ciudad luz.
Me cuenta Martorell sobre su técnica en un vernissage en Elsi del Rio: “La técnica de pintar con vino surgió accidentalmente en el taller del maestro Eduardo Medici. Simple: copa de vino tinto apoyada sobre una obra en ejecución: mancha!!!
La mancha quedó y de a poco el vino se transformó en protagonista. ¿Cómo hacer para que no se siga oxidando (materia orgánica)? Modificaciones químicas, agregados de ácidos, barnices y prueba y error. Utilización de borras (lo que se desecha en las bodegas), etc, etc. Resultado: pintar con vino es apasionante: los colores mutan, se transforman con la obra. El proceso se detiene cuando uno quiere (barnizado). Los colores se componen ‘a piacere’: van desde los rojos, rubíes, hasta los grises, violáceos a azules”
Este artista que estudió con seriedad el material con el que construye su obra ahora abrirá un espacio de arte en Recoleta. Se llama MARTORELL ART+ PEOPLE y no será una galería de arte sino un espacio para eventos relacionados con las artes visuales.
La primera muestra, que se inaugura el 15 de agosto a las 7pm, será curada por la historiadora de arte María Carolina Baulo y es un secreto muy bien guardado. El nuevo lugar queda en Pacheco de Melo al 1800, casi esquina Callao y promete ampliar las propuestas que están instaladas en el barrio, sumando a los vecinos al arte, invitándolos a conocer sus propuestas, a acerarse sin prejuicios ni contracturas, para disfrutar con los nuevos soportes y con los de siempre pero cada vez con la perspectiva de incluir al que viene de otro palo o se acerca al arte por primera vez y no se sienta un bicho raro, para que el arte saque su falso lustre elitista y pueda ser disfrutado por todos los que tengan ganas. Porque se puede, todos merecemos ser tocados por la belleza en esa conexión irracional y emocional donde hay que dejar los razonamientos afuera y entregarse al puro placer, como el que da el vino.