La obra surge como resultado de un proceso interno a través del cual hay una realidad observada en diferentes niveles, a través de la exploración racional, la profundización intuitiva, el intercambio de ideas, lo que la humanidad me ha heredado y la vida misma.
La experiencia acumulada en lo cotidiano y su expresión a través del arte se retroalimentan revelándome en esa conjunción una descripción de la realidad más amplia y enriquecida.

Cada obra es el disparador para indagar un tema, un modelo, una creencia que será puesta prueba, revisada, buscando paradojas, zonas de certeza y de incertidumbre, de modo que cada respuesta se transforme en una nueva pregunta.

Texturas, transparencias, capas superpuestas, escrituras, a veces velada, mensajes crípticos; zonas vacías, contrapuntos reflejan y al mismo tiempo me conducen en este viaje exploratorio que inicio con cada obra.

El misterio es una constante en mi obra, las preguntas sin respuesta, esta realidad que se nos presenta inabarcable, siendo capaces de percibirla sólo por fragmentos, pero aún así anhelando esa totalidad esquiva que escapa a nuestra percepción sensitiva y racional. ¿será el arte una oportunidad para ir más allá del límite de nuestra capacidad perceptiva y de conectarnos con aspectos desconocidos de nuestra naturaleza?

Me motiva la posibilidad de abrir un diálogo con el espectador, confrontar ideas, experiencias, reformular creencias, salir de la comodidad del pensamiento habitual y mecánico, que el encuentro, aunque no sea personal nos deje parados en un lugar diferente.