Notas Artistas

Una imagen metafísica
por Por Rosa Faccaro

A través del dibujo, y de la proyección de rasgos gráficos con la técnica de la tinta seca, esta artista describe un itinerario que caracteriza una escena plástica imaginaria. Elsa Dommarco encauza el dibujo desde la subjetividad que se proyecta hacia el soporte blanco del papel y de la tela.
Los estudios realizados en su formación artística con Bernardo Di Bruno, Luis Debairosmoura, Nicolás Menza y Jorge Meijide, han sido conocimientos adquiridos a través de tareas de taller para un mejor desarrollo de su expresión personal
Elsa M. Dommarco concibe a través del dibujo, una serie de imágenes dotadas de una singularidad visual que pueden inscribirse dentro de la escuela metafísica, cuyas constantes pictóricas se refieren a una situación narrada por personajes imaginarios que la artista construye en el campo de la figuración con su vocabulario personal.
El lenguaje plástico de la metafísica ha dado cabida a diversas resoluciones visuales.
Es en ese período histórico de comienzos de siglo, Italia va a ser -con sus artistas- el territorio cultural donde se crea y desarrolla una escuela artística, cuya figura principal fue Giorgio De Chirico, cuya tarea fue explorar el fenómeno del subconsciente utilizando lenguajes adquiridos por las vanguardias de comienzos del siglo XX, que darán como resultado una pintura que se distinguirá por su carácter surreal.
La articulación de una esfera espacial con determinadas características van a dar paso a nuevos conceptos sobre el lenguaje artístico. En ese período el inconsciente es investigado por los fundamentos del psicoanálisis freudiano aportando al arte un conocimiento de los contenidos de la psiquis en el estado de vigilia.
El artista libera automáticamente el inconsciente para articular un lenguaje visual creado por libre asociación de las imágenes que permite al contemplador acercarse a un mundo desconocido y maravilloso.
En la obra de Elsa Dommarco, las luces, y las sombras coloreadas, serán los ejes predominantes que manejan el clima y la atmósfera del misterio espacial donde las figuras geometrizantes representan seres similares a aquellos maniquíes creados por De Chirico, que posan junto a figuras emblemáticas figurativas y abstractas
El color surge de una atmósfera iluminada en suaves gradaciones claroscuristas, mientras que las tramas dibujadas incitan a una percepción visual de un tejido gráfico realizado a través de rasgos automatizados.
Estas series de dibujos componen una producción que indican un buen inicio hacia la consecución de una expresión que le es propia, y que seguramente la artista proseguirá encarando en los tópicos de nueva iconicidad para una concepción del arte contemporáneo, como ejemplo podemos citar sus paisajes suburbanos donde el contraste de viviendas precarias con altos rascacielos marcan la problemática actual de la globalización económica y el índice de pobreza. Esta obra más realista señala notoriamente el problema social que vive el país en cuanto a la falta de viviendas dignas, y señalan la topografía específica de las urbes de las grandes metrópolis.