News Argentina

martes 8 de junio, 2010
Fotografías dislocadas
A propósito de Aguiar, Grosman y Paiva
por Victoria Verlichak
Fotografías dislocadas

Aunque apareció hace casi 40 años, la tendencia de “hacer” la fotografía (lo que Dominique Baqué llama “fotografía plástica”) actualmente tiene un inusitado protagonismo, que comparte con el lenguaje fotográfico puro.

En La luz argentina, desplegada en galería Praxis, se verifica una vez más que Arturo Aguiar (San Juan, 1963) trabaja la fotografía como si se tratara de la pintura; es posible “comparar sus imágenes con las de la pintura barroca”, dice Juan Travnik, director de la Fotogalería del Teatro San Martín. Aguiar, primer Premio Petrobras-BA Photo ’09, es reconocido por sus seductoras imágenes cargadas de misterio, producto de elaboradas tomas que encierran más de un secreto. Para hacer la fotografía el artista enfoca, alternativamente, una fuente de luz sobre los segmentos de escenarios, los momentos, que desea resaltar, rodeados de sombras que todo lo envuelven. No deja nada librado al azar, trabaja el claroscuro a través de la selectiva distribución de la luz que, como un duende, personalmente se encarga de dirigir; luego, lleva al límite los tiempos de exposición.

Trampas para el ojo también se ven en la provocadora serie Guilty!, de Marcelo Grosman (Buenos Aires, 1958), que se pregunta acerca de la naturaleza del “culpable”. Son fotografías (incluso de tamaño mural), exhibidas en E.C. Fotografía Contemporánea, realizadas a través de la sobreimpresión de placa sobre placa. Grosman inventa rostros perturbadores con contornos difusos, que evocan la imagen del “culpable” construida por la prensa sensacionalista; también combate los prejuicios racistas y desautoriza a aquellos que juzgan por las apariencias. Shila Vilker dice en el catálogo que las obras sugieren que “los culpables son el objeto sacrificial de nuestra cultura”. ¿Nuestra sociedad fabrica criminales? ¿Todos somos culpables? El artista arriesga. El observador atento, probablemente quede descolocado.

Lenguaje fotográfico puro en Vida de diva de Luna Paiva (París, 1980), ensayo fotográfico exhibido en el Centro Cultural Recoleta que también juega con la sensación de dislocación. Dedicadas trabajadoras pero también íconos de la liviandad, las vedettes de la escena nacional (desde Mónica Farro hasta Isabel Sarli) son retratadas por Paiva en escenarios íntimos, rodeadas de objetos cotidianos, con sus trabajados cuerpos tapados con plumas y lentejuelas. Con luz de día, Paiva descubre un costado inusual en estas protagonistas de la noche.

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Más info
Arturo Aguiar. Cierra el 26 de mayo en Praxis International, Arenales 1311
Marcelo Grosman. Hasta el 1 de julio, Ernesto Catena, Honduras 4882
Luna Paiva. Cierra el 30 de mayo, en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930