Nota publicada online

miércoles 14 de marzo, 2018
Relicarios de Erika Diettes
Conmovedora muestra en el Centro Cultural Harnoldo Conti
por Ileana Diéguez
Relicarios de Erika Diettes

El Centro Cultural Harnoldo Conti inaugra una muestra  de la antropóloga y artista visual colombiana Erika Diettes. Un muestra que impacta por su belleza y por su contenido fuerte y conmovedor.

Esta exposición se realiza en el marco de la conferencia internacional: Archivos y derechos humanos: una agenda para el fortalecimiento democrático, organizada porCIPDH-Unesco

Durante varios años Erika Diettes recorrió diversos territorios de Colombia signados por el conflicto armado y la violencia, acompañando y dialogando con personas que perdieron seres queridos y preciosos momentos de vida; recibiendo los objetos y prendas que le fueron confiados; emprendiendo un largo y delicado proceso de embalsamar, amortajar y hacerle un nicho a cada prenda como el lugar de cada cuerpo. Son sin lugar a dudas Relicarios, vestigios sagrados que los dolientes han venerado como objetos de culto. Esta obra, como pocas, remite al arte como lugar de exhumaciones y entierros, pero también al arte como lugar de encuentro, de ritos luctuosos, como memorial de vida y pérdida, de amor y dolor.

Es conocida la arcaica y potente relación entre tumba y corazón, entre enlutado y amante. Se ha dicho que el corazón es la casa del espectro de aquellos a quienes hemos amado, y que por ello la tumba es el corazón vivo donde habitan las sombras de los que hemos perdido. Los Relicarios que aquí se exponen reúnen como en un camposanto, la sacralidad de la vida a través de sus vestigios. Tienen ineluctablemente una poderosa carga aurática, no sólo por la condición única de cada resto de experiencia y vida que en ellos se consagra. Sino porque ante ellos y entre ellos emerge la communitas más arcaica, más singular de nuestra condición humana, la que nos permite estar religados con los muertos, con los afectos, las experiencias y pedazos de tiempos que sostienen nuestras vidas.

Relicarios es mucho más que un proyecto artístico. Es una paciente y sostenida acción que desde los espacios y las estrategias del arte ha devenido un ritual que dignifique el dolor de las muchas familias que lloran la pérdida violenta de sus seres queridos, sin que nunca llegue la justicia.

Es una obra en duelo, un acto de duelo. De ese duelo a secas que llevan quienes a través de los años han sostenido la memoria de sus seres amados y forzosamente perdidos. Si es cierto que los muertos viven en nosotros, las memorias son moradas alegóricas donde superviven los fragmentos de las vidas que siguen siendo parte de nuestro presente, como sostienen estos Relicarios. El territorio del duelo no es cuestión del pasado, de lo que ya fue. Es lo que sigue siendo, los recuerdos que pasan por el corazón (re-cordis), los afectos y el dolor con el que seguimos caminando en tiempos de guerra, como en los anhelados y demasiado frágiles tiempos de paz.

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