Nota publicada online

jueves 24 de septiembre, 2015
Por arte de magia o por arte de Erlich
El día en que la cúpula del obelisco apareció en el Malba
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Por arte de magia o por arte de Erlich

La democracia del símbolo es una iniciativa artística y social, resultado de la articulación entre Leandro Erlich, MALBA, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Fate, la empresa productora de neumáticos.

Desde el domingo pasado y, a pesar de la lluvia, algo llama la atención de quienes transitan la avenida 9 de Julio: el Obelisco porteño, ícono de la Ciudad de Buenos Aires, amaneció con su ápice truncado y ésta, inesperadamente, reapareció en la explanada del MALBA. Y todo por obra y arte de Leandro Erlich.

Erlich (Buenos Aires, 1973) es un observador y un ilusionista que nos hace participar de su obra para vivir una experiencia lúdica. En la mayoría de sus trabajos involucra espacios habitables, objetos de uso diario, y situaciones cotidianas: un ascensor, una piscina, la fachada de un edificio. Se trata de instalaciones sorprendentes; el artista convierte espacios comunes en sitios de perplejidad y magia: el ascensor no nos lleva a ninguna parte, podemos caminar dentro de la piscina llena de agua o flotar colgados de un balcón del edificio.

La Pileta
El Ascensor
Edificio

Recordemos que El ascensor lo presentó una exposición individual en la Galería Ruth Benzacar; La Pileta en la Bienal de Venecia en 1999 y en el 2012, se inauguró La Usina del Arte -en el barrio de La Boca- con la monumental instalación Edificio.

MALBA Fundación Costantini presenta La democracia del símbolo, primera obrasite-specific de Leandro Erlich en nuestro país, que toma como eje central de un proyecto de arte público monumental.

A través de su intervención artística, Erlich –nos permite visitar el interior del Obelisco –ahora instalado en el MALBA- y descubrir su vista aérea por primera vez desde su fundación en 1936.

"Me interesa generar proyectos en los que el arte escape a las fronteras de los centros convencionales de exhibición y se imbrique en el orden de lo cotidiano”, explica Erlich. “Me interesa el arte como una herramienta de integración, de acción, de vinculación. La relación de las ciudades con los monumentos y con lo que significa visitarlos, porque no solo lo hacen los turistas; tiene que ver con la apropiación, con el orgullo, con la pertenencia. Y el Obelisco en Argentina es un monumento que nunca ha sido pensado para ser visitado", agrega.

La obra La democracia del símbolo consta de dos locaciones. Por un lado, en propio Obelisco, donde el artista intervino directamente haciendo desaparecer su ápice. Ápice que reaparece en la explanada de MALBA -con una reproducción a escala real-. De esta manera, el público puede ingresar a la cúspide, por primera vez y con entrada libre y gratuita, para disfrutar de las cuatro vistas aéreas de este monumento central en el imaginario argentino.

El Obelisco fue construido en 1936 por el arquitecto modernista Alberto Prebisch. Desde entonces es punto de reunión, celebraciones y manifestaciones populares. Ha sido también inspiración de innumerables proyectos artísticos de fotógrafos pioneros como Grete Stern y Horacio Coppola –quien registró su construcción en un film–, Marta Minujín y Leandro Katz, entre muchos otros.

Todos alguna vez soñamos con subir a lo alto del Obelisco para contemplar la ciudad a sus pies. Esta original obra de Erlich, La democracia del símbolo, brinda la posibilidad de democratizar su acceso, transformándolo en un monumento público, abierto a todos.

Leandro Erlich juega con nuestras percepciones, nos desorienta, y nos induce a cuestionarnos la habitualidad. Nos sorprende al tiempo que nos obliga a cuestionarnos la realidad que nos rodea. Ahora hace posible que “descubramos” la ciudad de Buenos Aires desde una perspectiva diferente. 

Leandro Erlich

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