Nota publicada online

jueves 1 de diciembre, 2011
“Pla, 40 años en el arte”, en la Sala Cronopios
por Jorge Zuzulich
“Pla, 40 años en el arte”, en la Sala Cronopios

Pocos lugares, dentro del campo de las artes visuales locales, alcanzan el peso simbólico de la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta. Una muestra allí implica, de alguna manera, la posibilidad de acceso a una instancia legitimadora, a la vez que, la coronación de un fructífero trayecto artístico.

En tal sentido, Pla, 40 años en el arte, muestra curada por Julio Sánchez, presenta dichos condimentos, permitiendo acceder a su producción más representativa vista en perspectiva desde el presente.
Como estrategia para el despliegue de su obra, Pla se apropia de diversos dispositivos que le permiten configurar una variada gama de realizaciones. De lo objetual a la imagen bidimensional pasando por la instalación y el arte en espacios públicos, del cine al video y a la imagen digital.
Si bien damos cuenta de las maneras en que las ideas cobran cuerpo, también es necesario señalar que, en cuanto a las formalidades predominantes, el artista trabaja con recurrencia en torno a dos posibilidades expresivas: la esfera y la repetición.
La primera de ellas alude a la forma perfecta, en tanto su centro se mantiene equidistante de los puntos extremos que la conforman, quizás el uso más efectivo aparece dado por la instalación Full Moon, en donde el satélite natural se ve replicado por las paredes reflejantes de la sala que la contiene. Es en esta obra donde ambos elementos, lo esférico y la repetición, se condensan.
Esta última aparece especialmente en los trabajos digitales que configuran los retratos de Eva Perón y Carlos Gardel construidos con cientos de pequeñas imágenes, pero también en el uso desplazado de las cápsulas de café (para máquinas de uso doméstico) con las cuales Pla ordena los rasgos del rostro de Julio Cortázar y de la bandera nacional. Señalo aquí un intento temático que nos sugiere un itinerario por los mitos de la cultura nacional.
Por último, sesenta monitores, dan la posibilidad, al espectador de acceder a los hitos productivos del artista, segmentados en tres segmentos establecidos a partir de los modos productivos asumidos: “Analógico”, “Digital” y “Expandido”; en tanto a través de una sala de video es posible delinear con precisión su perfil biográfico.

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