Nota publicada online

lunes 9 de marzo, 2015
Nicola Costantino
de Venecia a Puerto Madero
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Nicola Costantino

Hasta fin de mayo puede visitarse esta muestra que reúne el último envío a la Bienal de Venecia. Se trata de dos videoinstalaciones a las que el público ingresa al mundo íntimo de Eva “El espejo” y “Los sueños”; los otros dos núcleos, “La fuerza y “La lluvia”, instalados en medio de la sala, son conceptuales y de alto impacto emotivo. 

“La rapsodia es una forma musical del romanticismo y Eva es una heroína romántica de allí el título de la muestra:Rapsodia Inconclusa,"explica Nicola Costantino acompañada por Fernando Farina, curador del envío a Venecia y de esta muestra.

La obra comienza con Eva, los sueños, una gran video-instalación panorámica a tamaño real sobre una pantalla cóncava de 17 metros en la que se entrecruzan cinco Evas en cinco momentos diferentes de su vida: la joven actriz que enamoró a Perón con su vestido floreado y peinado banana, la Eva dedicada a su trabajo social en trajecito sastre, la Eva vestida por Dior como una reina para ir al Colón, la Eva de entrecasa condesabilléy, finalmente, la Eva moribunda. Es unloopde seis minutos que termina en la escena en la que las cinco Evas se sientan en un gran sillón. Se trata de una secuencia ensayada hasta el mínimo detalle que llevó días de filmación y en la que trabajé con la productora Dafne Narváez. 

La segunda escena de la obra ocurre en el dormitorio dónde en dos espejos enfrentados se “refleja”, por retroproyección, la imagen de Eva que avanza y retrocede alternativamente, provocando en el espectador una sensación de estar invadiendo su intimidad ya que su propia figura no aparece en el “espejo”. Esa sensación de intimidad femenina y silenciosa es la que la artista estaba  interesaba trasmitir como contraposición a su figura agresiva siempre gritando frente a la muchedumbre que documentan las fotos de la época.

 

A continuación, el vestido máquina se golpea contra las paredes de vidrio provocando una sensación de angustia incontrolable que desencadena en la cuarta y última escena en la que sobre una fría mesa quirúrgica de acero, una montaña de lágrimas de hielo se derrite bajo las luces de dos potentes reflectores. Lo único que se escucha es el sonido de la lluvia. Esta escena, totalmente abstracta y en la que la figura de Eva no aparece, representa las lágrimas del pueblo; el desconsuelo frente a la pérdida de los catorce días que duró el funeral y en los que nunca dejó de llover.

¿Como llegaste a la concepción de esta obra?

Siempre que termino una obra, ésta me lleva a la próxima; así fue como la fotografía me llevó al video. Cuando terminéTrailer,en mayo de 2011, tenía idea de hacer algo muy ambicioso en el terreno de la video-instalación. Quería hacer una obra compleja con varias instancias en la que hubiera una línea de tiempo. Me interesaba encontrar un personaje histórico paradigmático femenino y la figura de Eva surgió inevitablemente. Cuando haces citas éstas tienen que ser conocidas ya que trabajo y juego con lo que el espectador ya conoce y, la figura de Eva genera sentimientos encontrados porque, definitivamente, no hay una sola Eva. Su figura se me impuso y, cuando se me ocurre con fuerza una idea, no puedo ver otra cosa.

La primera obra que se me ocurrió, fue el vestido máquina, inspirado en la leyenda cuando, sumida en su enfermedad y debilitada físicamente, quiso acompañar a Perón para saludar al pueblo al asumir el segundo mandato en 1955. Fue la última vez que se la vio en público. Esta imagen me resultaba muy emotiva: ese vestido poseído por la impotencia y la rabia de saber que se estaba muriendo, la lucha contra un destino inevitable.

En el acto imaginé el lugar de la puesta: el CETC, Centro de Experimentaciones del Teatro Colón. Un lugar mágico con un escenario encajonado de 12 x 12 metros. Allí el vestido se vería como un león enjaulado, golpeando contra las paredes tratando de escapar y sin oportunidad de hacerlo.

¿Cuál es el rol del vestuario en la obra?

El vestuario siempre fue un tema central en mi obra, es una herramienta que domino ya que me crié en el taller de costura de mi madre. El vestuario en Eva fue una cuestión fundamental, el poder que ella trasmite se lo da el vestuario. Cuando se viste de reina, es una reina. Eva impuso su imagen de manera totalmente intuitiva.

Fueron tres meses dedicados sólo a la confección de los vestidos en los que, con tres asistentes, produjimos toda la corsetería antigua para lograr esa silueta de época. El vestido que Dior diseñó para Eva, es el que más satisfacción me dio reproducir; lo confeccioné con setenta metros de tul plisado a mano, armado en veinticinco capas.

¿Cómo llega la obra a la Bienal?

La obra la concebí para el CETC porque el Colón fue el bastión que ella le robó a la oligarquía, pero desistí por los problemas gremiales. Me ofrecieron presentarla en el Museo del Bicentenario, pero no se concretó. Se la presenté a Guillermo Alonso para el Museo Nacional de Bellas Artes y fue él quien sugirió que era ideal para Venecia. Estábamos en octubre y todavía no había un proyecto elegido. Lo presenté, gustó pero no me confirmaron. En diciembre partieron todos de vacaciones y yo me di cuenta que si no comenzaba con la producción sería imposible llegar a terminarla por la complejidad de la misma. Decidí avanzar como si me hubieran confirmado y viajé a Venecia para medir y adecuarla al espacio. Finalmente, el 6 de marzo, me aprobaron el proyecto.

¿Qué sentiste al meterte en la piel de Eva?

Yo me propuse mostrar a Eva Perón valiéndome del lenguaje propio del arte contemporáneo, ya que por sus múltiples facetas, contradictorias e inabarcables, es un personaje casi imposible de retratar. A Eva se la odia o se la ama. La experiencia me ayudó a entenderla y valorarla; juzgamos desde el hoy y no podemos entender esa época donde a las mujeres se las marginaba. También la desmitifiqué, porque si bien se la conoce por lograr el voto femenino, la realidad es que ese logro se lo arrebató a Alicia Moreau de Justo, quien luchó toda su vida por este beneficio. Pero la figura de Eva está mas allá del bien y del mal.

Nicola Costantino y Fernando Farina
La fuerza

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