La mismidad
Nos encontramos ante una nueva vuelta en la obra del artista plástico Juan Coll Benegas.
Partamos de la consideración de que no existe lo público sin el arte y remarquemos el valor testimonial de este. Se testimonia una experiencia, así pasa a otros y entonces podemos considerar que hay comunidad.

Esta muestra titulada Campo Escópico, como el campo de lo visible, a través de sus dos series testimonia el Movimiento Madi –latinoamericano por excelencia- con la especificad propia de la Cuenca del Plata a la que encontramos representada en esta oportunidad a través de sus dos orillas.
El Movimiento Madi se verifica como la simultaneidad de un movimiento de liberación de lo geométrico, que obstaculiza precisamente la tiranía de estas formas. La simultaneidad se verifica, en que hizo y hace oír una misma voz desde distintos países, distintas ciudades, distintos artistas. Es un acontecimiento de la mismidad en lo simultáneo. En esta oportunidad se comprueba que el estar en lo actual y fuera de lo actual, al sostener un punto de exterioridad, posibilita no instalarse, sostener lo vivo de este movimiento, por lo tanto lo libre, que es lo que ocurre con esta muestra. No se trata de la pertenencia a un movimiento, sino de los efectos que produce una obra que posibilita identificar allí, el movimiento.

Apostemos a encontrar estas nuevas formulaciones, a la continuidad de los efectos por la vía del arte.
Desde el campo del psicoanálisis introduzcamos otra mirada respecto de la creación. Realicemos una primera operación de separación entre la creación y el arte, ampliando de este modo, el campo de la creación. Hay creación en el arte y hay creación en los delirios.
Quizás no pueda pensarse en la creación sin la locura. El artista en la creación concernido por el arte dispone de una locura creacionista. Allí, este no es loco que encarna la infinitización, sino el que dispone de ella para pegar el salto que la creación requiere. En la creación hay producto, por lo tanto no se encarna la infinitización, se dispone de ella.
Hay pintores, en los que su obra constituye una transformación de la palabra en imágenes oníricas, entonces, es posible, además de localizar lo metafórico de la creación, realizar un abordaje como conjunto, como construcción, como composición. Este es el caso de la obra de Juan Coll Benegas presentada en estas dos series: Nocturnos y Orientales.

Luego de recorrer la obra expuesta, podemos dirigirnos, no a tomar los sueños como metáforas, sino a tomar el tratamiento que Freud hace de los sueños y de la imagen. Esta serie de cuadros nos invitan a internarnos en la fabricación del sueño, no en cuanto al sentido que pudiera localizarse en éstos, sino en que y cómo toma forma un sueño cómo toman forma sus imágenes.

Cada cuadro llama a mirarlo en su conjunto pero exige inmediatamente un recorrido parte por parte, un descubrimiento parte por parte. Podemos decir también que la obra le hace algo a la geometría; en vez de asentarse en la geometría, hace de ésta un borde.
En la serie Nocturnos nos encontramos con los Pecados Capitales no lejos del Wunsch freudiano como anhelo, deseo , felicidad, que implica culpa, salvación, redención.
En la serie Orientales hallamos un renovado estatuto de la luz como protagonista. Queda aquí presentado el campo de lo visible, se trata de la luz y la oscuridad, lo invisible como condición de lo visible.

En esta oportunidad, en relación a la obra de Juan Coll Benegas, que porta verdaderamente invención, nos encontramos con el sostenimiento del “carácter de la empresa” como dice Heidegger. ¿Qué empresa? Lo latinoamericano más allá de una geografía, implica dirigirse a sus fundamentos, es decir, volver a hacer entrar a los pueblos originario.

A través del arte, se trata de encontrar la lengua para decir lo latinoamericano.
Adriana Abeles (texto curatorial)
Juan Coll Benegas
Campo escópico
10/03/2011 - 01/04/2011
VAN RIEL
Juncal 790 P.B.

Inauguración: jueves 10 de marzo a las 19 hs.
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Más info: www.vanriel.com.ar