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miércoles 27 de abril, 2016
Graciela Borthwick en Archimboldo
Un encuentro con el papel
Graciela Borthwick en Archimboldo

Dentro del marco de Conversaciones con artistas, la Galería Archimboldo presenta papeles de Graciela Borthwick que sirvieron como disparadores la producción de su obra de los últimos tres años. 

“Rápidos, impulsivos, múltiples y coloridos, los dibujos de Graciela Borthwick crean una constelación de imágenes que nos recuerda que en todo momento se puede dibujar y que todo papel es bueno para hacerlo.” Así describe Magdalena Pagano la obra que la artista presenta en Galería Archimboldo en su tradicional ciclo de encuentros con artistas de generación intermedia, en plena producción y mostrando sus últimos trabajos.

Una enorme cantidad de pequeños dibujos de quince centímetros de lado cubren dos paredes del espacio. En la tercera, una proyección multimedia trasmite el enorme impulso hacedor que rige la vida de esta artista multidisciplinaria, incansable y creativa. Son dibujos producidos en los últimos tres años y de cada uno de ellos nació una idea, una obra, pintura, grabado o escultura.

Papeles como fuente de inspiración

Crear y trasmitir, esos parecen ser los rectores de esta santafecina que se formó con Ricardo Suspisiche y se recibió en la Universidad de Rosario. Desde muy temprano supo que el arte y la docencia eran lo suyo. “Mis primeros pinceles me los compré con la enseñanza”, cuenta feliz. Radicada en Buenos Aires gracias a una beca del Fondo Nacional de las artes, se casó con un hombre de cine. Vivió en el exterior mucho años donde se contactó con las culturas precolombinas, se impregnó de las texturas y colores del trópico y estudió en Francia, Italia y España. Nunca dejó de producir y participó de varios grupos de artistas. De vuelta en Buenos Aires, hace 35 años, abrió un Instituto arte en la ciudad de Pilar y produce obra continuamente en su casa–taller de San Telmo.

Acaba de participar en la Bienal de arte contemporáneo de Jerusalem, y tuvo muestras individuales en varios museos: en el Macla de La Plata, el Rosa Galisteo de Santa Fé, el Bellas Artes de Rafaela y en el Sívori de Buenos Aires.

Disfruta del permanente contacto con los jóvenes, se nutre de ellos y esto se traduce en su obra. “El artista visual tiene que producir” trasmite a sus alumnos. ”Para que llegue una muestra primero tiene que haber un taller desbordante de obra”.

Graciela Borthwick es fiel a sus principios y esta muestra es una prueba. Sus papeles son como ella: rápidos, impulsivos, múltiples y coloridos, pero sobre todo, llenos de vida.

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