Nota publicada online

miércoles 10 de mayo, 2017
Fabularen en Colección Fortabat
Su universo contextualizado
por Pilar Altilio
Fabularen en Colección Fortabat

Una retrospectiva que abarca todas sus etapas, desde el primer retrato de su hermana Eldi del 79’ a los últimos objetos del 17’ que toman sus artistas admirados como Julio Le Park -que en versión Laren lleva el agregado Le Park Kinson- que inicia la muestra.

Nos guía por una multiplicidad de interpretaciones en el texto del catálogo muy bien editado, el Dr. Claudio Ongaro Haelterman, curador de la muestra, que toma la fábula que aparece en el título por una cita de Hegel que considera a la misma como un enigma que puede resolverse. El pasaje por la misma incluye “homenajes, retratos y edificaciones donde lo pictórico excede la invención de una técnica” y, remata Ongaro, carece de sentido “preguntarnos si se trata demerchandising o arte, objet intervenu u objet trouvé”.

Es que una obra de Laren en realidad no puede ser considerada desde un solo punto de vista. Lo que está presentado induce a una pieza simple pero lo curioso es que si lo miramos bien, procesos complejos y toda una línea de pensamiento aparecen mezclados con una cultura popular que incluye matices y sonoridades que reconocemos. En un texto, el artista confiesa que no la ha pasado bien en algunos tramos de su vida y que, por ello luego de 30 años de trabajo sostenido, es necesario haber creado este reino donde por fin se siente rey. Lareland, un reino donde no faltan ni moneda propia o Dolarens ni estampillas que han circulado por el mundo en cartas enviadas a distintos puntos ni una Ministra de Belleza, su querida amiga Amalia Amoedo retratada junto a otra ídola nacional, la señora Mirta Legrand. Benito Eugenio Laren se siente en plenitud así rodeado y puede confesar sin pudor “Yo nunca dije que sabía…”.

Un dato aparece en una obra. Es de 1996 y pertenece a la colección Gustavo Bruzzone, se llama A la hora señalada. Laren Quarz como aquel gran film, pero recuerda el momento en que conoció al coleccionista citado, donde su carrera se consolida. Pero su inicio lo fecha en septiembre de 1985 con un cuadro pintado a la témpera y por ello se llama “Desde mi temperamental ventana”.

Su concepto de inclusión dentro de una gran tendencia se expresa en un recuerdo: “al ver mis imágenes mis Tías exclamaron ¡OH! Por tal motivo llamé a esta forma de expresarme el Pop ¡Oh! Art”. Así con este juego siempre evidenciado tanto en su discurso como en su práctica cotidiana, aparecen los perfumes de 2003Colonización, con los que se hizo muy notable a partir de su performance en arteBA de aquel año. Pero con el tiempo también han llegado los vinos Atorrantes de 2016 y hasta un Mono ambiente recreado con numerosas citas de otros artistas que aparecen tanto en la colcha que recuerda uno de los colchones de Kuitca, la cama con un capitonee que incluye un ploteado de Siquier y otras piezas reconocibles junto a Benito Mi Chita, un mono articulado con el que se fotografió para la recorrida de prensa.

Parece obsesionado por mostrarnos el exceso de juegos de azar que nos rodea, y hace del casino y de las cartas de triunfo del truco algunas bellas piezas como el As de espada. Otras tienen especial mención a dos artistas de culto en nuestro medio. Uno es el gran Cándido López con varias obras pero la más bella es sin dudar Campamento aliado de 2004, que retoma la bellas descripciones de López sobre la Guerra del Paraguay. El otro está siendo presentado en toda su dimensión en el Museo de Bellas Artes, es Xul Solar y sus piezas más bellas son sin duda elXulian Lenon, Piano Fumanchine de 2012 junto a Pan Tree Reverso de 2007 y ¿Qué será esto…? Nº2 de 2004.

Frida Kahlo, Roy Lichtenstein y el propio Andy Warhol con sus retratos de famosos, dan continuidad a versiones del pop pero realizadas en vidrio con una técnica compleja de llevar a cabo porque hay que invertir el proceso para poder verlo de frente. El curador cuenta que los lentes enormes que penden del techo en la gran sala y que invariablemente acompañan a Benito en sus apariciones, son una metáfora de su visión del mundo, “un nuevo decirse” que atenta contra la objetividad de lo percibido, usando giros lingüísticos “como medio de creación de una realidad más allá de la letra de naturaleza visual”.

Es una retrospectiva interesante donde seguro encontraremos desplegado el universo Laren, que se presenta como lúdico, azaroso, libre y suspicaz, ritualista y mítico. Colorido y valorable.

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