Nota publicada online

martes 11 de julio, 2017
Benicio Nuñez y su magia
Figuras y colores
Benicio Nuñez y su magia

Obra elegida por Raúl Santana en el marco de la muestra de Benicio Nuñez en Galería Centoira

Una celebración, de eso se trata la obra de Benicio Núñez (1924-1997). La pintura elegida es “Seres intergalácticos” realizada en 1994 y exhibida recientemente en la Galería Centoira.

Ironía, humor y absoluta libertad es lo que trasmite este singular artista nacido en medio del monte, arrullado por el canto de los pájaros, impregnado por los perfumes y colores de una estancia correntina y que se crió en un campo de Entre Ríos. Artista casi autodidacta, llegó a los 18 años a Buenos Aires y trabajó en un aserradero de Avellaneda, dispuesto a luchar “contra los maleficios del asfalto” y, gracias a un encuentro providencial con Tomás Maldonado, en 1946 formó parte del movimiento Arte Concreto Invención a la edad de 20 años. Integró el envío argentino a la Bienal de San Pablo en 1952 y obtuvo el tercer premio.

Pero lo suyo era la libertad y, muy pronto, Benicio optó por el camino de una “delirante figuración combinada con elementos abstractos” como lo define Raúl Santana, amigo y admirador de su trabajo. “Frente esta obra se reconoce la lección bien aprendida: la reiteración de las unidades ópticas que se juegan magistralmente en el plano, relacionando su trabajo al de Mondrian”.

Los personajes de esta pintura podrían ser aborígenes o mutantes que habitaron el monte arcaico de su infancia y relatan fábulas y leyendas surgidas de su frondosa imaginación. Invitan al juego y celebran. Como toda su obra.

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