Nota publicada online

martes 8 de marzo, 2016
Américo Castilla
Los museos como eje de su gestión
Costa Peuser, Marcela
por Marcela Costa Peuser
Américo Castilla

Con los museos como eje de su gestión, el flamante Secretario de Patrimonio inaugura una nueva etapa donde el visitante será la prioridad.

Tanto desde la función pública como privada y, a través de varias de sus publicaciones, Castilla hace más de una década que es un referente a la hora estudiar las transformaciones necesarias para los museos del siglo XIX. Dirigió el programa cultural de la Fundación Antorchas, desde 1992 a 2003. Entre 2005 y 2007 fue director Nacional de Patrimonio y Museos y además estuvo al frente del Museo Nacional de Bellas Artes. En la función privada, desde la Fundación Typa, impulsó la investigación y la cooperación internacional entre museos. Acaba de renunciar al proyecto que fundó porque, si bien es una Fundación sin fines de lucro que no presta servicios al Estado, entiende que también se predica con el ejemplo.

AOl: ¿Cuál es el mayor desafío en esta nueva etapa de gestión?

Américo Castilla: El mayor desafío es cambiar el paradigma de los museos, comenzando por los nacionales. Así como hicimos durante la gestión anterior en la que se logró darle mayor institucionalización a la cultura -en la que el Museo Nacional de Bellas Artes fue la nave insignia-, mostrando que se podían hacer concursos trasparentes para ocupar el cargo de director y que éste cumpliera su mandato y cambiando su estructura administrativa a punto de tener recursos propios. Tenemos que extender esta política a otros museos y cambiar el paradigma y que cada uno de ellos tenga directores designados por concurso.

En esta oportunidad la apuesta es mas alta, hoy hay que tomar en cuenta al visitante que es lo mas importante que tiene un museo.

Esto implica cambiar la cabeza de muchos funcionarios para lograr que el público sienta que el museo es un espacio de grato intercambio y no un lugar de reverencia a un conocimiento superior.

Al conocimiento se accede en las bibliotecas y, hoy, a través de internet; pero lo mas importante es el público y éste busca una experiencia social. Este hecho queda claramente demostrado cada año en la Noche de los museos. Se trata de una iniciativa única donde los museos reciben miles de visitantes que concurren por la experiencia social que esto implica y es lo que la gente valora. La gente va para establecer vínculos en medio de herencias únicas como son los museos y participa con gente afín.

¿Cuál es el escenario actual?

En cultura tenemos un nuevo escenario. Para empezar antes era una Secretaría y ahora es un Ministerio. Un cambio que a Colombia le llevó tras años de discusiones, aquí se hizo de un día para otro. El problema fue que se armó con gente con poca experiencia en la administración de cultura dando lugar a muchas irregularidades cosa que quedó expuesto por la manera de contratar y en la triangulación de pagos a través de otras entidades.

La buena noticia es que la Dirección Nacional de Museos se elevó al rango de Secretaría de Estado y esto es un reconocimiento a la importancia que se le da al patrimonio de nuestros museos.

Ahora la Secretaría cuenta con una Subsecretaría y tres Direcciones Nacionales: Investigación Cultural, Museos y la tercera Bienes Culturales, lo que permite formar equipos de gestión más completos.

¿Cómo es la situación actual de los museos provinciales?

En muchos museos del interior el proceso de renovación comenzó en los últimos años: ya hay directores elegidos por concurso en el Rosa Galisteo y en el de Historia de Santa Fé. El Caraffa se reconvirtió, se creó el Museo Ferreyra que acaba de renovar su dirección. San Juan creó su museo y Salta ya tiene el provincial, el de alta montaña y un activo museo de arte contemporáneo.

En otras provincias todavía hay mucho por hacer, Tucumán tiene el Timoteo Navarro pero hace falta un museo a la altura de la producción artística de la provincia. El de Santiago del Estero es un excelente proyecto arquitectónico al que le falta contenido.

¿Sobre qué ejes se va a trabajar para convocar a nuevos públicos?

Creando una dirección transversal que atraviese toda la secretaría y que ocupe de la renovación de audiencias.

Con talleres de concientización en las provincias, convocando gente joven y proactiva; no sólo especializada en museos sino también provenientes de otras áreas, de las ciencias sociales, de la comunicación. Tenemos que lograr que el museo sea un lugar donde el público sienta que no va para ser examinado por sus saberes o condición social, sino que por el contrario, que esa diversidad nos interesa para construir con ellos un guión que los incluya.

¿Cómo se va a lograr?

Siendo creíbles, generando confianza en la dirección de los museos actuales que esto es posible y siendo rigurosos y transparentes en su implementación; no se trata de una propuesta académica.

Las propuestas tienen que ser cada vez mas atractivas y convocantes. Un ejemplo que me encanta es el del Museo Ferro White y el del Puerto en la localidad de Ingeniero White, en Bahía Blanca. Son dos museos hermanos comunitarios, básicamente adueñados por los habitantes del lugar que son quienes proponen las actividades. Muy lúdicas, interactivas y enriquecedoras.

Malraux, al final de la segunda guerra mundial, decidió llevar el arte a toda Francia, así fue como surgieron cientos de Centros Culturales, pero muchos fracasaron porque no hubo capacidad gestión. Hoy, esta teoría se contradice un poco porque las nuevas tendencias sostienen que hay que reconocer la cultura que habita en el lugar. Los museos de las provincias tienen que ser faros que iluminen en este sentido y, sobre todo, tener la capacidad de crear alianzas con otras regiones. El mundo que vivimos requiere de grandes alianzas, en todo sentido.

 

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