Notas Artistas

La pintura de Paula Guelman
por Maraní González del Solar

Paula Guelman encara la pintura con tal entusiasmo y convicción que enseguida nos sentimos cómplices de su obra. En cada uno de sus cuadros pone en juego superficies cromáticas que se organizan sobre la base de una sólida estructura y de relaciones de contraste. Opta por una paleta saturada de colores complementarios para cargar de vitalidad la imagen. Trabaja muy a gusto con las riquísimas posibilidades que brinda el óleo pero también sabe sacar el mayor provecho de la pintura acrílica. Se expande con libertad en los cuadros de gran formato y encuentra la composición adecuada para las telas apaisadas y las pequeñas.
La pintura ha sido en la historia del arte una disciplina privilegiada par dirimir estéticas. Fue el escenario predilecto para la apasionada discusión entre arte abstracto y figurativo. Si al día de hoy la discusión está saldada, el registro de la pintura abstracta sigue en vigencia. Por supuesto, hay artistas como Paula, que encuentran su propia expresión exaltando los elementos fundamentales de la pintura. Esto no implica que la artista pretenda “abolir el tema” y asumir una posición radical respecto del arte. Los cuadros de Paula sugieren y connotan. Casi todos tienen título, pero ningún título agota la imagen correspondiente. Son como guiños, indicios que propone la artista que no condicionan para nada nuestra percepción de las obras. Por eso cuando nos enfrentamos a ellas encontramos en las telas un campo abierto a nuestras propia proyecciónes. Formas alusivas a cielos, paisajes, ciudades parecen colmarlas. Lo interesante es que no cargan con el peso de la melancolía. Son obras contundentes y al mismo tiempo ambiguas.
Hace más de una década que Paula Guelman se acercó al arte. Se inició en el taller de Patricia Lumer y tiempo después asistió al de Marisa Varela. El trabajo con Marisa resultó decisivo para la concreción de su imagen. La necesidad expresiva de la artista encontró su cause en el oficio de la pintura. Pero la práctica del oficio, desde siempre, estuvo sobrepasada por el hacer apasionado. Para Paula la pintura es un lugar propio y un ámbito de encuentros. En el Museo Metropolitano de Buenos Aires presenta su primera exposición individual con una selección de los últimos años de su producción.