Cuando Andrea De Luigi me mostró sus cuadros quedá muy impresionado por su talentoso tratamiento del color. Aquellos rojos intensos. El vigor de su paleta transmite una fuerza vital presente. Algo muy enigmático y vivo por manifestarse rebasa, por momentos,la materialidad de las telas. Sus paisajes y flores trascienden lo meramente anecdótico situando el protagonismo en el color, y es admirable, insisto, su manera tan particular de sentirlo, incluso
de gozarlo.
*en el Centro Cultural Borges