Notas Artistas

Crítica muestra Micromacrocosmos - Todos los fuegos el fuego
por Magister Alberto Sánchez Maratta*

Les propongo mirar esta muestra de pinturas de Humberto Costa con la misma disposición, los mismos gestos, el mismo placer que nos depara estar sentados alrededor del fuego, una noche fría en pleno campo.
El pedido no es arbitrario; en estas pinturas habita el común tema del fuego: su lumbre, su luz cambiante, su resplandor menguante.
El fuego aparecería acá no como una ilustración, sino más bien como aquellos bordes indecibles que la pintura puede abordar sin palabra alguna.
Los fuegos, ya se sabe, pueden ser fatuos y llevarnos a extraños lugares. La pintura suele conducirnos a sitios que creemos conocer, y a través de una textura o del hueco que abre un azul, sentimos que a esos parajes los hemos recorrido en sueños, y que ahora ese sueño está atrapado por un marco negro.
El fuego puede apagarse pero siempre quedan brasas, y es interesante ver como Humberto a través de ciertas pequeñas manchas, revela esa clase de luz que se encuentra en el corazón de la ceniza. Las cenizas son parte de la paleta que aparece en algunas obras: grises azulados y también a veces teñidos de verde, resultan un estudio sobre lo poco neutral que puede ser este “no color”.
Si el fuego ronda en los interiores de los trabajos, el pintor ha decidido rodear muchos de ellos con un marco-aislante negro; ese marco negro es también parte de las estrategias elegidas para citar y explayarse en los empastes densos en pequeños formatos; funcionan tal vez como los espacios entre capítulos; son parte de un texto continuo, pero que necesita separadores y pausas.
Pero la propuesta era en realidad, asistir a esta muestra como se asiste a un fuego en pleno campo. Ese campo somos nosotros, y es este fuego atrapado en las pinturas el que nos da un sentido frágil, un sentido que habrá que buscar acercando los ojos, como quien arrima las manos a esa última luz que las llamas otorgan.

*San Juan noviembre 2011