Notas Artistas

Crítica
por Mag. Alberto Sánchez Maratta

Mientras nuestra mirada sobre estas obras intenta extraer algo de esa red que es la percepción, Humberto ya ha dejado escapar a la presa (eso que el espectador siempre busca en la obra), dejándonos sólo la turbulencia que en la superficie, deja un objeto perdido ya para siempre en las profundidades.

Quiero decir que Humberto representa tal vez, objetos (maquinarias oxidadas, animales imposibles, paisajes...) pero los representa cuando se están retirando de escena. Si, claro: como una obra de teatro a la que se ha llegado tarde; sabemos que algo ha pasado allí­, pero no con certeza.

El problema en estos trabajos es también uno de los problemas básicos del arte contemporáneo: la representación desmontada y desarticulada convertida en una herramienta más dentro de un sistema mucho más amplio.

La forma serí­a entonces un trámite más que el artista puede realizar, y esas operaciones de tramitación, de expediente son verdaderamente su "objeto de representación".

Humberto ha dejado constancia de una vacilación; y esto es muy importante: porque somos capaces de dudar, es lo que nos puede hacer plenamente libres.

Humberto plantea a la mancha como instancia de elección, entre muchas figuraciones posibles (algo de esto anota Leonardo en sus cuadernos).

La pintura, el dibujo o la escultura entonces, como territorios de conquista, con sus turbulencias frente a todo lo insoportablemente visto.