Notas Artistas

ROSEMARIE ALLERS
por Sarah Guerra*

En su manifiesto aire de contemporaneidad, la obra de R. A. es la de una artista solitaria de fuerte individualidad, aun si generacionalmente se puede incluir dentro de la corriente de la pintura de alcance internacional que retoma la figuración, conformando un movimiento de individualidades con estéticas personales que muestran una visión crítica de la sociedad.
De las imágenes de Rosemarie fluye una avasallante energía que contradice las limitaciones del previo ordenamiento racional. Las tensiones violentas que se producen en el espacio parecen al límite de desbordar el plano. Su estilo se caracteriza por una composición agresiva de líneas quebradas; en una pluralidad de ejes de visión que avanzan y retroceden en el espacio con prescindencia de cualquier ubicación precisa. En el proceso de su obra, en una impronta de carácter psicológico e instintivo la artista ha creado privilegiando la figura humana que se muestra en conos de sombra o en zonas iluminadas, emergiendo del dibujo gestual y libre, por momentos automático, en contrapunto con el color. Las relaciones entre las figuras, casi siempre hombre-mujer no son de dicotomías simples, sino de una compleja densidad. La obra de Rosemarie Allers, de filiación expresionista se relaciona sin duda con el origen alemán de la autora. La cultura de ese país que en su esencia detenta la expresividad y la fuerza como rasgos primordiales, sin duda debe incidir en la visión de esta artista que declara su búsqueda de verdad. Esta intención que se percibe en las sucesivas sorprendentes presencias de sus imágenes, parece andar en el sentido de lo indecible o de lo imposible de enunciar.
Las enmarañadas imágenes de Rosemarie, cargadas de subjetividad, indican sentidos que confrontan en el escenario de las incertidumbres que acosan al arte contemporáneo, en la aceptación de que toda verdad es una ficción.
*AACA – AICA - Bs. As., Julio de 2009